México genera una media de 3,8 toneladas de CO2 per cápita al año según datos oficiales del Banco Mundial (2010). La multiplicación de esa cifra por los 120 millones de habitantes del país le sitúa en la pole como el número 11 de las naciones que provocan mayores emisiones de este gas nocivo.
Esos datos no dejan de ser parámetros que se miden a nivel macro y cuya interpretación queda lejos de la comprensión del ciudadano medio. Un ingeniero electrónico mexicano llamado David Palomo piensa que si todos fuéramos conscientes de la cantidad de CO2 que generamos personalmente «tendríamos más consciencia del daño». Si además disponemos de la tecnología necesaria para generar nuestra propia energía limpia, «sería lo perfecto». Su proyecto empresarial Green Human Power Solutions (GHPSolutions) pretende ser una alternativa de producción energética y de conciencia sostenible individualizada.
«¿Alguna vez te has preguntado si es posible medir tu impacto ambiental?», cuestiona el emprendedor al público. Responde que medir la denominada huella de carbono (la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto) «es una herramienta importante para saber que tan sustentable eres, qué tanto aprovechas y qué tanto desperdicias».
Su investigación la centró en el CO2 generado por la producción de energía eléctrica «debido a que esta actividad es la que mayor emisiones de CO2 genera al ambiente», en concreto, es la culpable del 30% de la totalidad de emisiones del continente según datos del CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe).
Palomo es de los que opina que la actual forma de convertir el gas natural en electricidad, «la manera más común y también la más contaminante de generarla», según afirma, no era una opción que se debiera seguir contemplando. Mientras buscaba una solución a este problema que le inquietaba se topó con dos sucesos que hicieron que se le encendiera la bombilla: «Uno fue una conversación con un amigo experto en biocombustibles, hablaba de la cantidad de desperdicios que generamos los humanos y que podrían convertirse en energía». El otro fue la inspiración que le suscitó la película Matrix, en la que los robots cultivaban humanos para generan electricidad. «Electricidad generada por nosotros mismos, eso es lo que hace falta exactamente», insiste.
Su idea para poder conseguir eso pasa por tres fases. La primera, que está tratando de financiar a través de crowdfunding, es una aplicación capaz de medir tanto el CO2 que un individuo genera al medio ambiente como el que es capaz de ahorrar a través de la generación de sus propios watios. «Para saber cuánto se genera de CO2 se aplica a través de la aplicación un cuestionario de costumbres o actividades diarias», explica. «Se trata de conocer el dato para empezar generando conciencia del problema. El cálculo final se hace multiplicando 800 gramos de CO2 generado por cada KW consumido». Además, la app de GHPSolutions pretende incorporar tips y juegos que enseñen al usuario a reducir su huella ecológica.
La otra funcionalidad de la aplicación será restar a la cantidad de emisiones de una persona la cantidad de energía que ha podido crear por ella misma ese día de un modo sustentable. «Para esa fase del proyecto queremos solicitar recursos del gobierno», dice Palomo. «La idea es producir máquinas, unas cajitas llamadas controladores, que conviertan la energía mecánica en eléctrica, que es la forma de creación de energía menos contaminante. Por ejemplo, a través del pedaleo de una bicicleta, algo que también ayudaría a reducir las graves cifras de gente con obesidad que tiene el país». «Esta máquina va a permitir crear, almacenar, transformar y compartir energía. Si hacemos que el controlador se pueda conectar a la aplicación, esta hará el cálculo exacto de cuánto has gastado y cuánto has generado ese día. Y de igual modo queremos que la aplicación se pueda conectar a otras formas de producción energética sostenible como paneles solares o generadores eólicos, que también son energía limpia que no provoca emisiones. Podremos saber así cuál es nuestra propia huella de carbono».
Palomo, que nació en la ciudad petrolera de Campeche, dice conocer de primera mano «los efectos negativos de depender de los hidrocarburos». Cuenta que quizás fue por eso por lo que empezó a idolatrar a Tesla, «¡energía limpia, inalámbrica!», exclama aún por el hito. «Yo pienso que la electricidad es un elemento que perfectamente podemos lograr que sea gratis, renovable y sostenible. Seguir emitiendo CO2».
Fuente: Animal Político