Con un fondo inicial de 4 millones de pesos, la asociación civil Amigos de Sian Ka’an arrancará este mes el primer proyecto regional mixto de pago de servicios ambientales mediante el cual se gestionarán recursos de empresas privadas, organizaciones internacionales y dependencias de gobierno para pagar a ejidatarios, comuneros o particulares por conservar intactas sus propiedades.
César Barrios, director de Filantropía de la asociación civil Amigos de Sian Ka’an, afirma que el mecanismo es mixto por la confluencia de organismos públicos y privados, tanto por el aprovechamiento de distintos servicios a partir de una misma extensión territorial: conservación hídrica, captura de carbono y biodiversidad.
El pago por los servicios ambientales que brinda la selva es un concepto que ya se practica en el estado con auspicio de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) en la comunidad O’yolché, municipio de Felipe Carrillo Puerto.
En ese proyecto -del cual ya dio cuenta El Economista- la Conafor, a través del programa ProÁrbol, compra los certificados de captura de carbono a 20 dólares promedio por tonelada beneficiando a más de 500 familias. Se trata de un primer emprendimiento que pretende extenderse a los municipios de José María Morelos, Tulum, y Lázaro Cárdenas, tras un estudio diagnóstico basado en imágenes satelitales y en el Inventario Nacional Forestal, series 1, 2, 3 y 4, que identificó las zonas selváticas de mayor potencial en Quintana Roo para la captura de Gases de Efecto Invernadero.
Agua y C02, los objetivos
El proyecto, que apoya Amigos de Sian Ka’an y que se concretará el próximo 25 de noviembre, incluye el pago de servicios ambientales por captura de Gases de Efecto Invernadero, pero considera también el cobro por la captación de agua de lluvia que nutre los mantos freáticos de los que se beneficia la empresa concesionaria de agua potable Aguakan.
Se conformará un comité con representación de hoteleros, gobierno del estado, Conafor, Aguakan y Nature Conservacy, que se encargará de fijar los montos a pagar por la conservación de las tierras y a autorizar o desechar los proyectos productivos de bajo impacto (ecoturismo, silvicultura) a que sí están autorizados los propietarios de la tierra para explotarla.
Fuente: Eleconomista.com.mx
Por: Jesús Vázquez
Publicada: 18 de noviembre de 2011.
