Por Edgar López
Quién lo diría, como en las luchas libres, el presidente de México se alinea con los «rudos».
La reciente aprobación de la reforma judicial, conseguida gracias a la participación de los senadores panistas Miguel Ángel Yunes Linares y su hijo, previamente acusados por el presidente de corrupción, plantea una pregunta inevitable: ¿Es justificable sacrificar principios en nombre de la eficiencia política?
López Obrador, quien ha basado su discurso en la honestidad y el combate a la corrupción, justificó este movimiento diciendo: «En política siempre hay que optar entre inconvenientes, buscar el equilibrio entre la eficacia y los principios». Esta declaración expone una realidad incómoda: la prioridad de resultados inmediatos, incluso si eso implica comprometer la ética.
La paradoja de la responsabilidad social corporativa en México
Mientras el gobierno parece oscilar entre principios y eficiencia, muchas empresas en México, sobre todo aquellas con presencia global, se enfrentan al desafío de mantener sus compromisos éticos en un entorno contradictorio. A las empresas se les exige cumplimiento, transparencia y responsabilidad, pero en el día a día, el contexto permite—y a veces alienta—atajos poco éticos para avanzar más rápido.
Esta situación, de acuerdo con el estado actual del entorno empresarial en México, resulta como música para los oídos de los «hombres de negocio», aquellos que priorizan el rendimiento inmediato sobre los principios. Para ellos, este es el modus operandi ideal. Como dirían en términos económicos: ceteris paribus, todo lo demás constante, lo que favorece los resultados rápidos siempre tendrá un atractivo especial, sin importar el costo ético.
En esta paradoja, las empresas enfrentan decisiones difíciles: ¿deberían ser parte de un sistema que favorece la eficiencia sobre los principios, o mantenerse fieles a sus valores, a pesar de las desventajas que esto pueda representar en términos de tiempo y costos?
El dilema para las empresas en México es claro: en un entorno donde prácticas como la corrupción o los sobornos pueden acelerar procesos, ¿cómo mantenerse competitivas sin ceder a la tentación? Desde la obtención de permisos hasta la agilización de trámites o la relación con autoridades, las empresas enfrentan la constante presión de priorizar la eficacia, incluso si eso implica comprometer su integridad.
Este dilema no solo define la competitividad a corto plazo, sino también el legado que estas empresas dejarán. ¿Se mantendrán firmes en sus principios o cederán ante la lógica de resultados inmediatos?
La lucha / competencia en el cuadrilátero empresarial
En este escenario, la competitividad en México se convierte en una lucha constante entre ética y eficacia. Las empresas deben tomar una decisión: ¿serán «rudos», priorizando la rapidez y los resultados, aunque implique atajos poco éticos, o serán «técnicos», manteniéndose firmes en sus principios y apostando por la responsabilidad social a largo plazo? En el cuadrilátero empresarial, estas dos fuerzas se enfrentan día a día, y las decisiones que tomen no solo definirán su futuro, sino también el desarrollo económico y social del país.
Como en una pelea de lucha libre, los rudos buscarán la victoria inmediata, aunque sea a costa de romper las reglas, mientras los técnicos luchan por mantener su integridad y hacer las cosas correctamente.
Rudos vs. Técnicos
Como en la lucha libre, esta batalla es a dos de tres caídas sin límite de tiempo. Las empresas deben decidir si se colocan en la esquina de los técnicos, defendiendo principios, o de los rudos, priorizando la eficacia a cualquier costo. ¿Quién lo diría? En este cuadrilátero, el presidente López Obrador ha decidido unirse a «Los rudos, los rudos, los rudos». Esto es como enfrentar al Perro Aguayo, Pierroth y al Satánico juntos.
Se avecinan tiempos complicados para las empresas en México. Los rudos «les van a caer como aboneros en quincena», como bien decía el gran Rudo Rivera, cuando los rudos se unían para atacar en conjunto a un solo técnico. Ahora más que nunca, los técnicos deberán mantenerse fuertes y firmes en sus convicciones.
En lo personal, me esforzaré por estar en la esquina de los técnicos, impulsando, recomendando y asesorando a quienes eligen este camino, para que no caigan en la tentación de victorias de corto plazo, sino que apuesten por triunfos duraderos. Solo así lograrán no solo ser competitivos, sino también trascender, marcando una verdadera diferencia en el panorama empresarial.
Lo haré así me cueste perder la cabellera que aún me queda…
R con R, por Edgar López
Edgar López Pimentel, es actualmente Director en Expok, ejerciendo su liderazgo día a día con pasión por la responsabilidad social y el desarrollo sustentable. Su labor ha contribuido significativamente al posicionamiento de empresas líderes en materia de responsabilidad social.
Su formación académica, enriquecida por programas de Alta Dirección de Empresas en el IPADE e IE Business School, así como una maestría en Responsabilidad Social Empresarial en la Universidad Anáhuac Norte, respaldan su liderazgo.
Edgar López es un activo participante en diversos comités dedicados a promover la responsabilidad social en México.