Cuando se trata de aferrarse a la vida en el mar, hasta un no creyente podría rezar para salvarse. Imagínense su sorpresa cuando ven en el horizonte no solo a un barco de rescate inspirado en el papa Francisco, sino a la estrella de Hollywood, Angelina Jolie.
Recientemente, la glamorosa actriz fue la inesperada invitada en una base naval en Malta, en donde se reunió con refugiados sirios que sobrevivieron al letal viaje en bote hacia Europa.
Entre ellos había una pareja de Damasco cuyos tres hijos murieron en el viaje y un médico de Alepo cuya esposa se ahogó junto con su hija de tres años.
«Tenemos que entender qué es lo que lleva a estas personas a dar el aterrador paso de arriesgar la vida de sus hijos en botes sobrecargados e inseguros», dijo Jolie, enviada especial del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados. «Es el abrumador deseo de encontrar un refugio».
Conforme se intensifica el conflicto en Medio Oriente, más de 130,000 personas han llegado a Europa por mar este año; 2,500 de estas personas murieron en su intento de cruzar el Mediterráneo, según la agencia para los refugiados de la ONU.
Jolie no está sola en su misión de salvarlos.
Una pareja de filántropos acaudalados respaldó su campaña y dicen que «el mundo necesita despertar ante la magnitud de esta crisis».
Respaldaron sus palabras con su dinero y aportaron un navío de rescate de alta tecnología, inspirado en el líder del Vaticano.
Un salvador en el mar
Les presentamos al Phoenix, un barco pesquero adaptado de 40 metros de eslora, propiedad de Chris y Regina Catrambone, una pareja que se describe como «empresarios sociales» y que gana dinero con una empresa de seguros, asistencia en emergencia y servicios de inteligencia.
Cada mes destinan 445,000 dólares (unos 5 millones 785,000 pesos) de su propio dinero para la operación del barco. Hasta ahora, el navío ha ayudado a más de 2,000 migrantes que cruzan el Mediterráneo desde las costas del norte de África; se cree que es el primer navío privado que se dedica a esta labor.
Su inspiración fue la visita del papa a la pequeña isla de Lampedusa, en donde 366 migrantes murieron en un naufragio en 2013 y en donde el pontífice criticó la «indiferencia mundial» ante la crisis de los refugiados.
Hace unas cuantas semanas, otro barco con migrantes se hundió con 500 personas a bordo cerca de Malta; fue uno de los peores naufragios en la región.
«Las palabras del papa llamando a la gente a ayudar con sus habilidades, su capacidad, su tiempo libre… teníamos que hacer algo», dijo Regina Catrambone, quien es originaria de Italia y ahora vive en Malta con su esposo y su hija estadounidenses.
«Ver el rostro de un niño de siete años cuando está a salvo en el barco… no puedes ponerle precio a eso».
Aunque otros barcos celebran su viaje inaugural con una botella de champán, un sacerdote bautizó con agua bendita a este pesado barco de 483 toneladas.
«Somos personas normales, ricas, pero no somos millonarios», dijo Regina, quien agregó que la familia decidió invertir su dinero en la vida humana en vez de recibir ganancias.
«Se requiere mucho tiempo y mucha energía. Pero nuestras creencias y nuestra fe son el gran impulso».
Una probada de la realidad
El principal llamado de atención que recibió la pareja (ambos tienen treinta y tantos años) llegó cuando paseaban en un yate de lujo en el Mediterráneo a mediados de 2013.
«Vi una chaqueta invernal en el agua y le dije al capitán (quien también es un guardacostas maltés retirado): ‘mire, qué raro'», cuenta Regina.
«Su rostro se entristeció y me dijo: ‘la persona que llevaba esta chaqueta ya no está con nosotros'».
El comentario le cayó a Regina como un balde de agua fría.
«Estábamos en este barco agradable mientras los migrantes, personas como nosotros, tratan de cruzar porque hay una guerra en su país».
¿Misión improbable?
Si enviar un barco a rescatar a cientos de miles de personas parece algo ingenuo, el proyecto, llamado Estación de Asistencia Marítima para Migrantes (MOAS, por sus siglas en inglés) tiene referencias asombrosas.
El director de operaciones, Martin Xuereb, fue jefe de defensa de las fuerzas armadas de Malta, la corporación responsable de la búsqueda y rescate en la zona.
El navío cuenta con 16 tripulantes e incluye dos paramédicos; está equipado con dos drones (naves robot no tripuladas) de alta tecnología, una clínica, mil litros de agua, cientos de chalecos salvavidas y alimentos.
«El objetivo principal es evitar la pérdida de vidas, no transportar a los migrantes», explica la organización en su sitio web.
Una vez en el mar, el Phoenix envía los drones equipados con videocámaras a buscar a los barcos con migrantes.
El equipo del MOAS se reporta con las autoridades más cercanas y espera instrucciones y refuerzos. Si es necesario, ofrece chalecos salvavidas, asistencia médica y evacúa a los refugiados que vayan a bordo.
El capitán Filippo Marini, vocero de la Guardia Costera italiana, no hizo comentarios sobre los méritos de la misión maltesa y agregó: «son un recurso, pero no nos corresponde decir si son una iniciativa adecuada».
El gobierno maltés no pudo hacer comentarios sobre la misión MOAS a pesar de las muchas solicitudes.
Tras haber rescatado a casi 250 personas hace poco (entre ellos 50 niños), el Phoenix transfirió a los migrantes a un buque de la armada italiana en el que los llevaron a Italia para que las autoridades los procesaran, señalaron en un comunicado.
«Eran sirios y palestinos», dijo Xuereb. «Al hablar con esa gente uno se da cuenta de que están huyendo de situaciones desesperadas».
«Había médicos y maestros a bordo. Son personas que, si las cosas hubieran sido distintas, nunca hubieran abandonado su país».
¿Es posible que una estrella de Hollywood y el papabote los salven? Tal vez… pero sus esfuerzos son una gota en un océano muy vasto.
Fuente: CNN