Las Naciones Unidas han organizado la Conferencia de las Partes, comúnmente conocida como COP, durante 28 ediciones. No obstante, en el marco de la COP 28, llevada a cabo en Dubai, la falta de un marco legal vinculante en el acuerdo para la reducción de emisiones y la eliminación gradual de combustibles fósiles significó una ausencia significativa para demandar responsabilidades a empresas y gobiernos.
Como señala la nota de EcoBusiness, a pesar del entusiasmo de los organizadores de la reciente COP28 en Dubai al calificar el acuerdo para abandonar el uso de combustibles fósiles como «revolucionario”, críticos señalaron lagunas legales que probablemente obstaculicen el progreso para frenar el calentamiento global.
Anteriormente, la ineficacia de los acuerdos voluntarios de la ONU se ha evidenciado al no conseguir obligar a las naciones a actuar. Como respuesta, diversas figuras han intensificado los esfuerzos legales para presionar a políticos y empresas a reducir de manera drástica las emisiones y respaldar a las comunidades más vulnerables frente al cambio climático. ¡Te contamos los detalles!
Acciones legales frente a iniciativas con poco impacto
A pesar de algunas victorias judiciales notables en distintas jurisdicciones, se reconoce que la capacidad de los litigantes para impactar a corto plazo en el cambio climático es limitada. Michael Gerrard, fundador del Centro Sabin para la Ley del Cambio Climático, advierte que, aunque los litigios son útiles, no deben considerarse como la única solución.
En Estados Unidos, con el año 2023 catalogado como el más cálido jamás registrado, los demandantes ambientales buscan soluciones legales. En Montana, jóvenes ganaron una histórica demanda, mientras que, en California, el gobierno presentó una demanda contra grandes petroleras por desinformación.
A nivel internacional, organizaciones como ClientEarth están utilizando el derecho internacional para impulsar la acción climática, respaldando a isleños del Estrecho de Torres que acusan al gobierno australiano de violar sus derechos humanos al no abordar sus demandas. Aunque se ha responsabilizado a Australia, la implementación y compensación aún están pendientes.
Como se observa, las acciones legales también pueden resultar efectivas frente a determinados contextos. Respecto a esto, Laura Clarke, Directora Ejecutiva de ClientEarth, destaca que las demandas climáticas son síntomas de la falla en la regulación gubernamental y la aplicación deficiente en el mundo.
Falta de resultados en las COP: cambio climático y combustibles fósiles
Bajo este contexto, la falta de medidas legales contundentes en los acuerdos climáticos, como se evidenció en la COP28, genera un vacío que impide un progreso significativo en la lucha contra el cambio climático. La falta de obligaciones jurídicas específicas deja a gobiernos y empresas con margen para eludir compromisos, lo que resalta la necesidad urgente de establecer marcos legales más sólidos y vinculantes.
Ante esta situación, y considerando la historia de acuerdos voluntarios de la ONU que no pueden imponer acciones obligatorias a las naciones, los abogados ambientales están intensificando sus esfuerzos para presionar a los responsables políticos y a las empresas correspondientes.
La transición hacia fuentes de energía limpia se presenta como una necesidad para mejorar las condiciones actuales provocadas por el cambio climático. Sin embargo, bajo la postura actual de la ONU, los esfuerzos podrían no alcanzar verdaderos resultados. Por ello, la comunidad legal y los litigios climáticos emergen como herramientas cruciales para llenar ese vacío y responsabilizar a aquellos cuyas acciones contribuyen al deterioro ambiental.
Litigios climáticos como las herramientas actuales
A pesar de los desafíos y las limitaciones, los litigios climáticos continúan proliferando, ofreciendo una vía legal para responsabilizar a gobiernos y corporaciones por su falta de acción. Mientras algunos expertos enfatizan la necesidad de una variedad de enfoques, otros, como el abogado Dan Galpern, apuntan a leyes existentes, como la Ley de Control de Sustancias Tóxicas en Estados Unidos, como herramientas poderosas para abordar la crisis climática.
Finalmente, la falta de resultados contundentes en las COP ha llevado a un aumento significativo en litigios climáticos, destacando la importancia de la acción legal como un medio para impulsar la acción climática y responsabilizar a aquellos que contribuyen al cambio climático. Sin embargo, los desafíos y limitaciones de esta estrategia subrayan la necesidad de un enfoque multifacético para abordar la crisis climática.
Por lo tanto, se requiere un abordaje más amplio que incluya una legislación robusta, compromisos globales más ambiciosos y acciones colaborativas en diversos niveles. La crisis climática demanda una respuesta holística que combine la presión legal con políticas gubernamentales efectivas, compromisos corporativos responsables y la participación activa de la sociedad civil para lograr una transición hacia un futuro más sustentable.