El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ordenó ayer a su gabinete poner a Haití como prioridad máxima y despachó unos 5 mil militares, además de barcos, helicópteros, aviones de carga y toneladas de ayuda a ese país, sacudido el martes por un devastador terremoto de 7 grados Richter.
«(Está en marcha en Haití) uno de los esfuerzos de ayuda más grandes de nuestra historia reciente», afirmó Obama tras anunciar también una donación de emergencia de 100 millones de dólares.
«No quedarán desamparados», le dijo a los haitianos.
Ante la imposibilidad del Gobierno haitiano, encabezado por el Presidente René Preval, de hacerse cargo de la masiva operación de asistencia que requiere el país, Obama también anunció que el Ejército estadounidense había asumido el control del aeropuerto de Haití, aunque advirtió que tomará horas, incluso días, para hacer que la ayuda estadounidense llegue a tierra, debido a los daños que sufrieron caminos, puertos y telecomunicaciones.
En el esfuerzo estadounidense participarán los ex Presidentes Bill Clinton y George W. Bush.
La llegada y transporte de ayuda a Haití se convirtió ayer en una pesadilla, ya que la capacidad del aeropuerto quedó rebasada y hubo que suspender su operación de manera intermitente.
La desesperación de los damnificados era tal que algunos hicieron barricadas con cadáveres para protestar por la lentitud del rescate, según testigos.
La Cruz Roja anunció que entre 45 mil y 50 mil personas habrían perdido la vida en el sismo.
Ayer también el Fondo Monetario Internacional anunció que suministrará ayuda inmediata a Haití por 100 millones de dólares. Otros que contribuirán con asistencia financiera son Canadá, Gran Bretaña, Japón, Australia, Noruega, Italia y la Comisión Europea.
La ONU confirmó la muerte de 36 integrantes de su personal y la desaparición de otros 200, lo que convierte esta en la peor tragedia de su historia.
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