El informe reciente Climate Action Tracker (CAT) reveló las intenciones de algunas economías por activar la inversión en combustibles fósiles, bajo el argumento de ayudar con el suministro de energía temporal, que se ha visto afectado desde la invasión rusa a Ucrania.
Recientemente, Alemania anunció su regreso al carbón ante la escasez de gas en Europa. Con poco más de 10 millones de personas desplazadas, su impacto en la seguridad alimentaria mundial y el recorte a los suministros de energía, el conflicto parece desestabilizar los acuerdos climáticos.
Al respecto, António Guterres, secretario general de la ONU, ha enfatizado el peligro actual que representaría para la humanidad la expansión de los combustibles fósiles: «El tiempo de las apuestas de cobertura ha terminado. El mundo ha apostado por los combustibles fósiles y ha perdido”.
¿Dónde están los líderes mundiales?
Científicos del mundo están de acuerdo en que el planeta tiene serios problemas. Datos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) establecen que las emisiones de carbono deben reducirse a la mitad en 2030, para preservar la posibilidad de un futuro habitable.
En este sentido, el secretario general de la ONU indica que la solución de crecimiento es clara: «Tenemos infinitos recursos a nuestra disposición cuando se trata de necesidades energéticas. El viento, el Sol y las mareas nunca se acaban».
«Si podemos reemplazar con éxito los combustibles fósiles finitos y contaminantes con recursos renovables infinitos, podemos hacer que la ecuación energética sume».
António Guterres, secretario general de la ONU.
Sin embargo, tras la cortina del de la guerra en Ucrania, parece cerrarse rápidamente la última ventana para prevenir los peores impactos de la crisis climática.
El peligro es claro y presente si apostamos por combustibles fósiles
De acuerdo con NRDC, durante más de un siglo, la quema de combustibles fósiles ha generado la mayor parte de la energía necesaria para impulsar automóviles, negocios y mantener las luces encendidas en los hogares. Pero, si aún apostamos por combustibles fósiles será imposible garantizar un futuro sostenible para las generaciones actuales y futuras.
Los combustibles fósiles emiten contaminantes atmosféricos nocivos mucho antes de que se quemen. En tanto, los vehículos, camiones y botes, que funcionan con estos, son los principales contribuyentes de monóxido de carbono y óxido de nitrógeno venenosos, que producen smog y causan enfermedades respiratorias debido a la exposición sostenida.
Asimismo, desde el comienzo de la revolución industrial, el océano se ha vuelto un 30% más ácido. A medida que aumenta dicha condición, disminuye la cantidad de carbonato de calcio, una sustancia utilizada por las ostras, las langostas y muchos otros organismos marinos para formar caparazones. Esto puede ralentizar las tasas de crecimiento, debilitar a las especies y poner en peligro cadenas alimentarias completas.
Aunque, durante décadas, el sector de las energías fósiles ha invertido en narrativas falsas para minimizar su responsabilidad y daños, hoy los progresos en las fuentes limpias ofrecen un futuro sostenible. La crisis climática tendría que ser la catapulta para que emerjan las energías renovables y dejar atrás la dependencia a los combustibles fósiles.