Después de la sospecha que muchos amantes de iPhone tenían sobre la obsolescencia programada para todos los equipos de la marca, Apple confesó que sí hace más lentos a sus equipos.
Días después, Apple pidió una disculpa alegando que lo hizo para «prolongar la vida» de los teléfonos y lanzó un comunicado en su página en el que dice que reducirá el precio de cambio de baterías fuera de garantía. Pasará de US$79 a US$29 para cualquier iPhone 6 o posterior.
Además Apple dijo que lanzará un software para que sus clientes puedan monitorear el estado de la batería de sus iPhone.
Para la empresa tecnológica, estas medidas anunciadas «están dirigidas a las preocupaciones de sus clientes para reconocer su fidelidad y recobrar la confianza de quienes hayan dudado de las intenciones de Apple».
«La confianza de nuestros clientes significa todo para nosotros. Nunca dejaremos de trabajar para ganarla y mantenerla. Somos capaces de hacer el trabajo que amamos solo por su lealtad y apoyo. Nunca vamos a olvidarlo o subestimarlo».
Consecuencias de la obsolescencia programada de Apple
La empresa tiene ocho diferentes demandas en Estados Unidos, además tiene procesos legales en Israel y Francia.
«Las baterías de litio se vuelven menos capaces de proveer corriente en condiciones de frío cuando tienen poca carga o cuando envejecen. Esto puede hacer que el aparato se apague inesperadamente para proteger sus componentes eléctricos».
¿Qué es la obsolescencia programada?
La obsolescencia programada, obliga al cliente a renovar el producto que de alguna manera. Se trata de una estrategia que los fabricantes de productos electrónicos presentan como “signos de fatiga”. Además de que esta estrategia se usa con la finalidad de orillar a las personas a comprar nuevos gadgets para que no sean compatibles con las nuevas versiones de software.
Un ejemplo claro de esto son los celulares. Antes los fabricaban para que duraran más, pero ahora tienen un periodo de vida con el fin de que sigas comprando más y más. Los productos dejan de funcionar no porque están dañados, sino porque están diseñados para fallar en cierto periodo de tiempo.
Se trata de un comportamiento poco ético y para los consumidores está la opción de cambiar de marca o seguir con la misma.
