La periodista Carmen Aristegui planteó ayer a la familia Vargas, propietaria de MVS Radio, que la restituya en su puesto el próximo lunes para no ceder ante las presiones del Gobierno federal, ni ante el «berrinche presidencial» por pedir en su programa de radio una respuesta oficial a la pregunta sobre si Felipe Calderón tiene un problema de alcoholismo.
«Estoy dispuesta a regresar al aire el próximo lunes, siempre y cuando se cumpla una condición básica y única: que MVS anuncie que retira de forma oficial el comunicado en el cual afirma que falsamente transgredí nuestro código de ética, y que promoví la difusión de rumores como noticias. Pido que se publique otro comunicado oficial de la empresa en donde la valoración sobre mi integridad ética, que pretendieron dejar en entredicho, quede resarcida», propuso.
En un pronunciamiento público, Aristegui acusó a la Presidencia de presionar a la radiodifusora, por lo que ésta se enfrentó a la disyuntiva de despedirla o arriesgarse a no tener la concesión de la banda de 2.5 gigahertz.
«Este hecho no se lo merece la familia Vargas (propietaria de MVS) de situarlos en una disyuntiva perversa donde tienen que calibrar, como grupo empresarial, qué les cuesta más frente al Gobierno y los poderes que lo presionan, si la cabeza de Aristegui o la banda de los 2.5 gigahertz», señaló.
En el caso de MVS, explicó, la empresa ya desahogó todos los requerimientos técnicos y cuenta con la opinión favorable de la Comisión Federal de Competencia (Cofeco) y de algunos comisionados de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) para obtener su concesión para la banda de 2.5 gigahertz.
Sin embargo, argumentó, «inexplicablemente», pues también cuenta con la inversión de empresarios nacionales y extranjeros que la respaldan, la decisión se ha retrasado por cinco años, por lo que es un asunto político.
Aseguró que bajo el lema de «Te portas bien te refrendo tu concesión, te portas mal te la detengo o niego» se encuentran muchos concesionarios de medios de comunicación.
Detalla salida
El 3 de febrero, diputados del PT y PRD subieron a la tribuna con una manta en la que mostraban una fotografía de Calderón y la frase «¿Tu (sic) dejarías conducir a un borracho tu auto? ¿No, verdad?, ¿Y porqué (sic) lo dejas conducir el país».
Al día siguiente, Aristegui transmitió la nota y consideró que la Presidencia debería emitir una respuesta seria y oficial sobre el tema.
«¿Tiene o no problemas de alcoholismo el Presidente de la República?… no hay nada de ofensivo, me parece, cuando alguien, si es que fuera el caso, atravesara por un problema de esta naturaleza», planteó ese día la conductora.
Ayer, explicó que Presidencia pidió a la empresa que ella se disculpara públicamente; sin embargo, rechazó la solicitud de los directivos porque considera necesario que la oficina del Ejecutivo federal informe si éste tiene un problema de salud.
«La sociedad mexicana tiene derecho a saber con certeza, sin ofensas, sin caricaturizaciones, sobre las condiciones de salud de quien ha tomado y seguirá tomando todos los días decisiones gravísimas que impactan el destino de una nación», aseveró.
Aristegui señaló que sus cuestionamientos fueron duros, pero no injuriosos ni difamatorios, por lo que rechazó que haya violado el código de ética de la empresa.
«Joaquín Vargas sabe perfectamente que yo no infringí ningún código de ética, sabe lo que sucedió, que fue una coartada. Le planteo una salida digna, decorosa e inteligente, ya sabrá si la toma: Le digo a MVS que no le demos gusto a los que saborean este fracaso.
«¿Qué clase de democracia es esta que por un comentario editorial que irritó al gobernante se le corta la cabeza a quien opinó?», afirmó la conductora, que llegó acompañada a Casa Lamm del periodista Miguel Ángel Granados Chapa.
Fuente: Reforma.com, Nacional.
Reportero: Erika Hernández.
Publicada: 10 de febrero de 2010.