Las ciclovías construidas por seis de las 16 delegaciones carecen de señalización, confinamiento y conexión, lo que las vuelve inseguras.
En los últimos tres años, Azcapotzalco, Miguel Hidalgo, Coyoacán, Gustavo A. Madero, Iztapalapa y Benito Juárez han hecho ciclopistas, pero según expertos en movilidad urbana, la falta de integración entre ellas y la ausencia de conexión a estaciones de transporte público, las hacen infuncionales.
En Coyoacán, sus 17.5 kilómetros de ciclorruta, la más grande de las creadas por las delegaciones, carece de confinamiento y está pintada sobre el carril de automóviles.
Lo mismo ocurre con las de Benito Juárez, de 5 kilómetros, donde los ciclistas deben compartir la banqueta con los peatones.
La de Iztapalapa, también de 5 kilómetros, también carece de confinamiento.
Las ciclopistas que sí están confinadas son la Azcapotzalco, con 7 kilómetros; de la Miguel Hidalgo casi 2.9 kilómetros, y la que está ubicada en la GAM, que suma 6 kilómetros; sin embargo, en los tres casos carecen de señalización y las dos últimas no tienen conexiones con otras ciclopistas ni con sistemas de transporte.
Ricardo Moctezuma, quien diseñó los 350 kilómetros de ciclopistas en Bogotá, la Ciudad en América con mayor infraestructura ciclista, afirma que hacer trazos sin conectividad pone en riesgo a los ciclistas.
«Antes de hacer cantidad, tenemos que procurar desarrollar calidad, para evitar que tanta gente dispuesta a usar un medio diferente al auto inhiba sus intenciones», apuntó.
Jesús Sánchez, consultor de Movilidad del Instituto para Políticas y Desarrollo del Transporte (ITDP), consideró que el Gobierno debe capacitar a las demarcaciones ciclista para tener un sólo criterio:
«Que en todos lados se utilice un sólo señalamiento, que se den unas dimensiones mínimas a la infraestructura para la circulación adecuada, cuando se tenga que hacer un tratamiento a una intersección conlleve criterios de seguridad vial para el ciclista».
En Azcapotzalco, donde la pista recién construida tiene un carril confinado, el propio Delegado, Enrique Vargas, reconoce que no cumple con las recomendaciones de la Secretaría de Medio Ambiente, pero trabajan para corregir algunas fallas.
«El GDF quiere que pongamos semaforización, pero es algo que sale de nuestro presupuesto, tal vez posteriormente lo hagamos», dijo el funcionario.
Jesús Sánchez recorrió con REFORMA la ciclovía que va de Avenida Jardín a Circuito Interior, de la que opinó que parece más un andador peatonal, por la señalización y ancho del carril confinado.
En Miguel Hidalgo, el experto recorrió el tramo de Río San Joaquín al Plan Sexenal y destacó que aunque la superficie es buena la ruta tiene puntos peligrosos en los cruces con las vías del tren.
En tanto, es notable la ausencia de ciclistas, en el caso de Coyoacán, donde comparte carril con los vehículos, y en Benito Juárez, donde usan el mismo espacio destinado a los peatones en la banqueta.
Sobre Eduardo Molina, la Gustavo A. Madero pintó sobre el camellón entre Circuito Interior y Periférico Norte, una ciclopista con una numerosa afluencia de ciclistas y peatones.
«Es muy visitada, porque en medio del camellón hay juegos y gimnasios, pero estas mismas instalaciones impiden la continuidad de la ciclopista, que fue hecha con muy buena intención, pero sin cumplir ningún estándar, lo que pone en riesgo a los usuarios», comentó Sánchez.
A pesar de carecer de conectividad y funcionalidad, los 70 kilómetros improvisados por las delegaciones superan los 10 kilómetros de ciclopista con carril confinado, reductores de velocidad y cajas en cruceros.
Así lo dijo
«Que en todos lados se utilice un sólo señalamiento, que se den unas dimensiones mínimas; cuando se tenga que hacer tratamiento a una intersección conlleve criterios de seguridad para el ciclista, hay una serie de cosas donde el GDF debería apoyar». Jesús Sánchez, consultor de movilidad del ITDP.
Fuente: Reforma.com
Por: Lorena Morales e Iván Sosa.
Publicada: 15 de octubre de 2011.