El negocio asegurador se ocupa ahora del efecto invernadero, exigiendo más acción ante las emisiones de monóxido y dióxido de carbono. Pero presiona sin ofrecer soluciones financieras.
En efecto, días atrás las grandes compañías exigían a los países centrales más cortes de emisiones y a las organizaciones multilaterales asistencia pecuniaria a economías en desarrollo.
Para ello han formado un cabildeo, ClimateWise (algo así como “orientación climática”), encabezado por Andrew Torrance, director ejecutivo de Allianz en Londres.
Por supuesto, estas firmas –expertas en consecuencias de desastres, no en causas- tienen en vista la cumbre sobre el tema, a realizarse en Copenhague. “Los cambios climáticos indeseables deben afrontarse ya, si el mundo quiere la cooperación de los aseguradores”, sostenía el directivo. “Si los gobiernos no se apresuran en actuar, el efecto invernadero acabará tornando inasegurables sectores económicos enteros y nosotros sufriremos pérdidas crecientes”.
La actividad teme que “los trastornos meteorológicos nos obliguen a congelar mayores montos en previsión de ejercicios cada año más negativos”. Sin duda, ClimateWise opera en realidad como grupo de presión sobre gobiernos y entidades multinacionales, en vísperas de la reunión en Dinamarca, en diciembre próximo.
La propuesta del “lobby” no es en sí mala. Incluye un acuerdo entre países desarrollados para reducir hasta 40% las emisiones tóxicas hacia 2020. Pero la verdadera clave es un paquete de ayuda financiera, vía fondos públicos, tendiente a que los países en desarrollo afronten el efecto invernadero.
Según Torrance, los quebrantos relativos al clima “podrían elevarse 75% en los próximos treinta años a valores constantes. En 1979/2008, los reclamos por ese tipo de daños se multiplicaron quince veces, debido a la frecuencia e intensidad de tormentas e inundaciones”.
Pero hay dos factores pasados por alto. Primero, estudios independientes señalan que el aumento de pérdidas se debe realmente a la concentración poblacional en áreas castigadas por esos fenómenos (Florida, deltas del Missisipi o el Ganges-Brahmaputra).
Segundo, también las primas de las pólizas han estado subiendo. Este lado de la cuestión suele ser eludido por las compañías, en una actitud similar a la de la gran banca occidental respecto de la crisis sistémica.