De acuerdo con BMO, el Bitcoin es una moneda digital (criptomoneda) que ofrece tarifas de transacción más bajas que los métodos tradicionales de pago en línea.
A diferencia de las monedas emitidas por el Gobierno (la libra esterlina, el dólar estadounidense, etc.), se opera a través de un sistema descentralizado, además, hay ASG en Bitcoin, donde el comercio es directamente entre pares.
Factores ASG potencialmente positivos de Bitcoin
En la superficie, la propuesta de Bitcoin de democratizar los mercados financieros eliminando intermediarios, ciertamente tiene sus ventajas sociales. Por ejemplo, la reducción del costo de los corredores de remesas entre países más ricos y pobres, a través de los cuales los trabajadores migrantes envían fondos a sus familias, figura dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
Aunado a ello, el anonimato que brindan Bitcoin y otras criptomonedas puede brindar seguridad a quienes se encuentran bajo regímenes opresivos o brindar un nivel de privacidad a los usuarios que se está erosionando en estos tiempos digitales.
ASG en Bitcoin
Sin embargo, este modelo monetario descentralizado que depende de la criptografía avanzada tiene un costo ambiental significativo. Como se informó ampliamente, el consumo de energía anual estimado de Bitcoin coincide con el de varios países del mundo.
Un análisis reciente de Digiconomist sitúa el consumo de energía anual de Bitcoin similar al de los Países Bajos y su huella de carbono comparable a la de Singapur. Más significativamente, dado que dos tercios de la minería se llevan a cabo en regiones con mucho carbón como China, donde los costos de la energía están subsidiados, la huella de carbono resultante es enorme. A largo plazo, es difícil ver cómo esto es consistente con una transición a una economía baja en carbono.
Bitcoin necesita trabajar para deshacerse de su dudosa reputación entre los reguladores financieros, ya que su diseño que prioriza el anonimato significa que históricamente se ha utilizado en línea para facilitar el lavado de dinero y la actividad delictiva financiada que socava las instituciones sociales.
El mes pasado, The Times informó sobre el pedido de regulación de la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, para abordar los «negocios divertidos» asociados con la criptomoneda.
Aunque todavía no es tan significativo como el uso de efectivo convencional para estos fines en el mundo fuera de línea de hoy, su uso como moneda digital hace que esta comparación se considere menos relevante para estos guardianes.
Esto está cambiando a medida que se realizan más transacciones en intercambios formales que tienen procedimientos contra el lavado de dinero, pero los comentarios recientes de la administración de Biden muestran que esta opinión sigue siendo un viento en contra.
¿Cuál es el veredicto?
En conclusión, Bitcoin y otras criptomonedas son netamente negativas desde el punto de vista de ASG. Tal como está actualmente, el potencial positivo de Bitcoin sigue sin probarse, pero los aspectos negativos son muy reales y están presentes.
Empero, ese no es necesariamente el final de la historia, ya que que la tecnología blockchain que sustenta las criptomonedas es mucho más prometedora para brindar soluciones a problemas ASG de larga data.
Al ofrecer un nuevo método para registrar información de una manera más abierta y al mismo tiempo segura, podría abordar problemas con la trazabilidad de la cadena de suministro, la distribución de energía renovable, la lucha contra el lavado de dinero y el voto por poder.
