El número de especies vegetales y animales en peligro de extinción en México pasó de 372 a 500 en la última década.
La Norma Oficial Mexicana 059-SEMARNAT, publicada el 30 de diciembre del año pasado, enlista 2 mil 631 especies nativas de flora y fauna que se encuentran en alguna de las cuatro categorías de riesgo: probablemente extinta, en peligro de extinción, amenazada y sujeta a protección especial.
La primera norma en la materia fue publicada en 1994, donde se identificaron 2 mil 421 especies en algún tipo de amenaza, según la regulación indica que las normas se tienen que revisar cada cinco años para analizar si el estatus de las especies ha cambiado.
La segunda fue expedida en 2001, reconociendo un aumento a 2 mil 560 especies en riesgo.
En peligro de extinción se ubica a «aquellas cuyas áreas de distribución o tamaño de sus poblaciones en el territorio nacional han disminuido drásticamente».
Entre las especies que entraron a esta categoría se encuentran el ajolote, el colibrí oaxaqueño, el pajuil o chachalaca negra (ave), el venado bura de Isla Cedros y el conejo de Tres Marías.
En tanto el número de pericos ubicados en esa categoría pasó de 6 a 11.
La Secretaría de Medio Ambiente advirtió que el número de especies probablemente extintas en el medio silvestre aumentó 19.5 por ciento.
Urgen a preservar especies en riesgo
La tardanza en la publicación de la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT sobre protección de especies de flora y fauna en riesgo de extinción, concluida hace cuatro años, es un ejemplo del desinterés de las autoridades federales en la preservación de la biodiversidad en México, consideraron ambientalistas.
Gustavo Alanis, director del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), exigió que la norma, publicada el pasado 30 de diciembre en el Diario Oficial, sea revisada inmediatamente para actualizarla, pues ya está desfasada.
«Según la ley, se tendría que revisar nuevamente hasta el 2015, pero trae tal atraso que la actualización debería de hacerse este mismo año. Ya hay un desfase importante y si esperamos hasta el término dejaríamos pasar casi 9 años», indicó en entrevista.
Advirtió que el retraso en la elaboración y publicación de disposiciones normativas para proteger a las especies en riesgo puede contribuir a su extinción.
Consideró que el incremento en el número de especies clasificadas en situación de riesgo debería representar un llamado de atención sobre la ineficacia de la gestión ambiental en México.
«Si el número de especies en riesgo y en peligro de extinción sube, significa que alguien no está haciendo su trabajo», remarcó.
Normas tan importantes, añadió el abogado ambiental, lo más importante que tienen que hacer es que se cumplan, no como muchas otras disposiciones se quedan en el tintero.
«Si las tasas de deforestación de mangle no se revierte porque no se aplica la ley llegaremos como dijo el INE que llegaremos al 2050 sin mangle», alertó.
Una insistencia repetida por las organizaciones ambientales dedicadas a la protección de flora y fauna era la referente a la falta de un marco legal actualizado en la materia, pues los trabajos de revisión de la norma terminaron desde octubre del 2006 y la regulación se había mantenido en la congeladora.
Juan Carlos Cantú, director de la organización Defensores de la Vida Silvestre México (Defenders of Wildlife), celebró que por fin se haya publicado la norma aunque ahora ya esté desfasada.
«Ya era hora, aunque estamos a punto de cumplir los cinco años en los cuáles, en teoría, se debería de volver a revisar esta norma, que para este momento ya no es del todo vigente», señaló.
Cantú informó que en el País el 40 por ciento de los vertebrados se encuentra en peligro de extinción: de los reptiles, el 55 por ciento; de los anfibios, el 54 por ciento; de los mamíferos, el 39 por ciento; de los peces, el 38 por ciento, y de las aves, el 26 por ciento.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza que colocaba a México en el quinto lugar entre los países con mayores niveles de extinción en el mundo, ahora según los números pasó a la segunda posición.
María Elena Sánchez, directora de la organización Teyeliz, aseguró que esta norma fue detenida por los intereses de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en la clasificación de especie de manglares.
A la administración de Semarnat, añadió, le importó poco no dotar de protección necesaria a muchas especies que ya cambiaron su estatus.
Fuente: Reforma.com, Nacional.
Publicada: 24 de enero de 2011