Las cifras de homicidio en México cada vez son más sorprendentes. De acuerdo con El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en nuestro país son asesinados cuatro niños cada día y la cifra va en aumento.
La violencia no sólo está enfocada en los menores de edad, también obedece a una normalización del castigo corporal como herramienta educativa, por lo que la organización llamó al país a poner los derechos de la infancia como prioridad de la agenda nacional.
Para la jefa de Protección de UNICEF, Dora Giusti, el promedio de homicidios de menores de edad se había mantenido en mil 100 o mil 200 por año hasta 2017, cuando aumentó a mil 400, que significa cuatro niños asesinados por día.
La suma de homicidios registrados entre 2010 y 2017 fue de 10 mil 547 homicidios de niños en el país, según el Fondo.
“Es muy importante trabajar en los mecanismos de protección, fortalecer las procuradurías de protección de la niñez pero también combatir la impunidad, si la hay, es más fácil que la violencia siga perpetuándose”, dijo la funcionaria a Animal Político.
Cabe destacar que ka oficina en México de UNICEF presentó hace unos días su informe anual 2018, en el que destaca el aumento de la violencia contra los menores; la emergencia que representa para la infancia las caravanas migrantes y que no hay cambios en la situación de pobreza en que vive la mitad de los niños mexicanos, cifra que permanece igual año con año.
De acuerdo con el informe 2018, en México hay 39.2 millones de niños, niñas y adolescentes. Entre ellos, el grupo de entre 1 y 14 años de edad es el más afectado por la violencia: hasta 63% de ellos ha sufrido alguna agresión física o psicológica. Ello se debe a una normalización de la violencia en la sociedad, señala Giusti, ya que en el hogar, la escuela y la comunidad es aceptada como forma normal de disciplina y educación.
“Hay que eliminar la violencia como forma de disciplina, porque eso es: violencia”, expresó Christian Skoog, representante de UNICEF en México. El activista advirtió que modificar leyes y códigos para prohibir el castigo corporal es importante, pero no cambiará nada si no se acompaña de campañas de sensibilización social. “El generar conciencia es más importante”, dijo a este medio.
Los niños sufren diferentes tipos de violencia, la más común es la sexual y ello preocupa a UNICEF ya que hasta 43% de las jóvenes mexicanas de 15 a 17 años han sufrido alguna agresión sexual, en un porcentaje mayor al de las mujeres adultas porque son más vulnerables.
Por si fuera poco, la Red por los Derechos de la Infancia (Redim) reveló que entre 2015 y 2019 fueron asesinados 4 mil 299 niños, niñas y adolescentes, 285 de ellos durante el primer trimestre del presente año.
Luego de la divulgación de estas cifras, el presidente Andrés Manuel López Obrador las calificó de exageración y amarillismo, ya que si hubiera tres niños asesinados al día -como reportó Redim- su gobierno ya lo sabría y sería “un tema de preocupación”. Sin embargo, se dijo paciente para “escuchar a todos” y se comprometió a revisar las cifras de homicidios de menores de edad.
Las caravanas migrantes que llegaron a México desde finales de 2018 dispararon las cifras de niños repatriados en el país, respecto a los datos del año anterior. El informe 2018 de UNICEF señala que durante ese año, 10 mil 831 niños, niñas y adolescentes mexicanos fueron repatriados desde Estados Unidos, 88% de ellos viajaban solos. Esta cifra es 18% mayor que la de 2017, cuando 8 mil 907 menores fueron repatriados, 82% de los cuales iban solos, según el informe 2017 del Fondo.
En 2018 fueron registrados en las estaciones del Instituto Nacional de Migración (INM) 31 mil 717 menores extranjeros (acompañados y solos), 97% de los cuales provenían de Centroamérica. En 2017 fueron 18 mil 300 niños en esta situación, alrededor de 42% más que el año anterior.
En tanto, los casos de retorno asistido de niños, niñas y adolescentes migrantes a sus países de origen crecieron alrededor de 37% en 2018 respecto al año anterior, pasando de 16 mil 162 a 25 mil 965. En 99% de estos casos el destino fue algún país centroamericano.
Al respecto, Christian Skoog descartó que México pueda llegar al escenario de separación de familias que alcanzó Estados Unidos el año pasado, pero confirmó que es un tema de preocupación para UNICEF, luego de que en días recientes se registraran detenciones violentas de migrantes acompañados de niños.
“Nunca hay que aceptar este comportamiento pero al mismo tiempo es normal, esto sobrepasa la capacidad de las estaciones migratorias, son situaciones muy tensas y no saben qué hacer”, explicó el representante de UNICEF en México.
Indicó que los agentes de migración requieren capacitación y supervisión “más de cerca” para evitar abusos, pero reconoció que la migración masiva es una carga muy alta para las estaciones migratorias, que actualmente tienen una ocupación de dos o tres veces su capacidad, lo que genera tensión y una respuesta inadecuada.
“No tienen el espacio adecuado, no tenemos los recursos humanos para gestionar todo esto. Ellos vienen de una política de control, tenemos que cambiar eso poco a poco. Aunque los altos mandos tienen muy clara su visión, a veces son funcionarios que han trabajado muchos años de una manera, no es tan fácil cambiar de un día a otro”, expresó Skoog.
La pobreza es una constante en la situación de los niños mexicanos, donde 51% de ellos la padecen, según las cifras de UNICEF. Y dentro de este rubro, una de las principales preocupaciones de Naciones Unidas es la carencia en el acceso a seguridad social, que afecta a 6 de cada 10 niños.
El hecho de que los padres carezcan de seguridad social constituye una violación a los derechos de los niños, indicó Pressia Arifin-Cabo, representante adjunta de UNICEF en México. Explicó que cuando los niños cuentan con protección social tienen más posibilidades de acceder a servicios de educación, salud y nutrición a los que tienen derecho, dándoles un piso mínimo para que sus padres adquieran lo indispensable para su desarrollo.
“No todos están cubiertos, queremos protección universal para que todos los niños accedan a través de sus familias y de otras instituciones. A veces no alcanza para los niños que realmente lo necesitan, como los que viven en lugares remotos, como la montaña”, apuntó la funcionaria.