En todo el mundo crece el reconocimiento y la apreciación de que el crecimiento económico tal y como lo conocemos no puede continuar sin consecuencias ambientales y sociales de consideración. Es así que el concepto de crecimiento verde ha saltado a un primer plano en el debate internacional.
El crecimiento verde, de hecho, es una de las prioridades de México como presidente del G20 durante 2012. Será también una prioridad en la Conferencia de la ONU sobre el Desarrollo Sostenible, a realizarse en Río de Janeiro en junio próximo, bajo el tema de una economía verde en el contexto de desarrollo sostenible y erradicación de la pobreza.
El gobierno de Australia está comprometido a enfrentar los desafíos del cambio climático y estamos trabajando estrechamente con países como México para lograr resultados internacionales. Asimismo, dentro de nuestro país hemos instrumentando un plan exhaustivo para avanzar hacia un futuro con energía limpia, el cual incluye impulsar la energía renovable, reducir el consumo de energía, promover nuevas tecnologías limpias y fijar un precio al carbono. Esto último genera un poderoso incentivo para que todas las empresas reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero, mediante inversiones en tecnologías limpias o encontrar maneras más eficaces de operar, y garantizará que las emisiones de gases de efecto invernadero sean reducidas al menor costo posible para la economía.
Australia también está llevando a cabo una reforma del régimen de utilización del agua en la cuenca de los ríos Murray-Darling, una extensa región geográfica de donde proviene más de un tercio del suministro de alimentos de Australia. Los recursos hídricos de dicha cuenca están sobre-asignados, lo cual deriva en una extracción excesiva de agua. Como consecuencia, durante épocas de lluvias escasas y menor disponibilidad de agua, existen mayores riesgos de repercusiones adversas de tipo económico, ambiental y social, tales como desecación de humedales y reducción en el rendimiento de los cultivos.
Las reformas, que incluyen componentes como fijar límites al volumen de aguas superficiales y subterráneas que pueden ser extraídas, aspiran a hacer posible un sistema fluvial sano y ayudará a ubicar a las industrias de la irrigación y a las comunidades en una mejor situación que les permita hacer frente a una menor disponibilidad de agua.
Hay muchos otros ejemplos, tanto en Australia como en otros países, de enfoques prácticos que con el paso del tiempo pueden contribuir a un crecimiento económico “más verde” o más sostenible. Éstos incluyen proyectos tales como el sistema del Metrobús en la Ciudad de México, el cual está logrando reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación, a la vez que genera créditos de carbono mediante el mecanismo de desarrollo limpio del Protocolo de Kyoto.
No hay duda de que el crecimiento verde nos brinda un importante conjunto de herramientas para avanzar de manera más rápida y eficaz hacia el desarrollo sostenible, haciendo posibles logros que beneficien al medio ambiente, la economía y la sociedad.
Fuente: Excelsior.com.mx
Por: Katrina Cooper.
Publicada: 13 de marzo de 2012.