Autoestima

Las personas que piensan que
no son capaces de hacer algo,
no lo harán nunca,
aunque tengan las aptitudes

Indira Gandhi

Por Emilio Guerra Díaz

Afortunadamente poco a poco ha venido creciendo el interés de ciertas fundaciones empresariales y asociaciones operativas por considerar necesario incluir en los proyectos sociales aspectos idiosincráticos y culturales que pueden ser determinantes para el éxito de un programa de inversión social y que requieren de atención especial dentro del presupuesto. Algunos de estos factores se manifiestan como la capacidad de transformar a las personas en beneficiarios o participantes.

La primera visión, tratarlos como beneficiarios, implica que en muchas ocasiones las personas necesitadas sean vistas como objeto de la ayuda y como una colectividad pasiva que carece de todo y que requiere asistencia total. De esta manera los proyectos sociales que financian ciertas fundaciones se caracterizan por enfatizar y confiar más en las habilidades de la organización que operará el modelo de intervención que en la comunidad en sí. De alguna manera se reproducen relaciones patriarcales.

La segunda visión, la considerarlos y darles un trato de participantes, plantea el reto de que quienes se encuentran ante una adversidad puedan con sus propios recursos, salir adelante y lo que necesitan es guía, metodologías, recursos y organización, donde la asociación filantrópica que operará el proyecto es un elemento más del proyecto cuya responsabilidad es jugar el papel de facilitador de procesos, mientras que la fundación financiadora se convierte en fortalecedora de organizaciones.

Es una manera distinta de ver las problemáticas y de abordarlas pero que demanda una mayor destreza tanto en el manejo de las técnicas administrativas como en el sentido humanitario de la intervención porque además supone que hay que desarrollar habilidades que están socavadas, inertes, inactivas. Estos proyectos requieren más tiempo y abordan necesariamente algunos de esos factores idiosincráticos y culturales.

Desde luego los distintos problemas sociales y profundidad en el grado de deterioro de las condiciones económicas y la carencia recursos locales no puede permitirnos que veamos un panorama de blanco o negro solamente, sino toda una gama de factores determinados y determinantes respecto a las problemáticas sociales.

Sin embargo un aspecto determinante que cobra mayor relevancia es trabajar la autoestima de ciertos grupos vulnerables. ¿Por qué? Porque las condiciones de carencia de satisfactores sociales, los factores que integran la pobreza y falta de recursos, dañan en lo individual y en lo colectivo la percepción de tener la posibilidad de transformar nuestro propio destino. La baja autoestima inhibe el florecimiento del emprendimiento y en cambio mantiene bien asentada la idea de que el cambio social depende circunstancias aleatorias y fortuitas, externas y ajenas al control de la comunidad.

En particular, no sin razón se ha puesto mayor énfasis en abordar el fortalecimiento de la autoestima de la mujer porque ella sufre distintos condicionamientos que le hacen ser blanco de abusos, discriminación y carencias. Pese a su importante papel, no se le reconoce, valora y aprecia a plenitud y hasta hace pocos años no se le venía apoyando económicamente pese a ser muchas veces el pilar de la familia.

En la década de los noventa fue cuando por fin empezó a cambiar el paradigma de que la mujer no podía ser sujeto de crédito y fue transformado por demostrar que era mejor administradora que el hombre y que el pequeño ingreso se destinaba a los hijos y no al alcohol o la fiesta. Muhammed Yunus fue pionero en destinar los microcréditos a ellas y demostró que presentan mejores tasas de recuperación de créditos más altas que las del varón.

Pero en la mujer se encuentra una gran fuerza de transformación social, es ella quien no abandona a los hijos, que la adversidad “la dobla pero no la quiebra” y como sea busca y encuentra los recursos económicos para sobrevivir. Pero pasar del creer al poder es el reto que enfrentan los proyectos sociales, pero la distancia entre un punto y otro debe ser unido por un puente de apoyo y desenvolvimiento de la autoestima.

Muchas fundaciones han vislumbrado que cambiar las condiciones de vida de una mujer, permea en la de los demás miembros de la familia y por ello apuestan a la autoestima como estrategia del cambio social, por ejemplo la Fundación Dove para la Autoestima de España, un medio que Unilever en ese país ha apalancado para esos fines.

En México hace menos de quince días se dio a conocer la creación de la Fundación ValorEs Mujer que trabajará dando servicios precisamente entorno al fortalecimiento de la autoestima femenina y según su página electrónica parece ser que darán atención integral a necesidades de la mujer. Bienvenida esta iniciativa que encontrará seguramente eco en fundaciones empresariales visionarias que comparten también el interés por apoyar a la mujer y establecerá un buen número de alianzas, pues como lo ha demostrado Semillas, Asociación Pro Derechos de la Mujer, es que la mujer es aún más solidaria con otras mujeres.

Desde el Consejo Directivo

El Vicepresidente del Directorio que a su vez es el responsable de Finanzas de la fundación, expresó su preocupación por la acusación que hiciera Gustavo Madero, Presidente del PAN este fin de semana, al denunciar que el PRI en el estado de Veracruz ha creado red ilegal de financiamiento a través de una fundación para ayudar a niños con síndrome de Down. El consejero citó la nota del periódico Reforma del 10 de junio y leyó las palabras de Madero: «Es un panorama doblemente triste. Merece la indignación social, merece una ruptura con el Gobierno que patrocina una asociación de niños Down y que retira dinero a través de personas físicas».

El señalamiento de Madero habrá que comprobarse y ventilarse por el curso legal con todas las consecuencias pero por lo pronto ya dejó sembrada una desconfianza adicional hacia las organizaciones filantrópicas pues la población en general no conoce a ciencia cierta, qué limitaciones existen respecto a los donativos. Sin ningún afán de defender a ningún partido político, señaló el consejero, lo que es cierto es que resulta extremadamente difícil trigangular dinero pues, una vez ingresados recursos recibidos en donación, no se pueden restituir a un particular mediante una “donación personalizada”, dar un donativo a una asociación no donataria, destinarlos a proselitismo religioso o político, o bien, a través del otorgamiento de un servicio profesional, en todos estos el marco legal para las donatarias autorizadas es muy claro: no es posible y sería motivo de cancelación del registro y desaparición de la institución que incurriera en esas prácticas. Cito los artículos 95 al 98 de la Ley Federal del Impuesto Sobre la Renta. Vamos a ver qué sucede, dijo.

La consejera del Comité de Desarrollo Institucional, encargada de fortalecimiento de organizaciones civiles, expresó que la Fundación Comunitaria Cozumel está haciendo un estupendo papel de capacitación para 95 personas 55 asociaciones de la península de Yucatán con el Programa Innovación y Gestión Social para OSC´s que inició la semana pasada con el módulo: “Gobierno y Transparencia, órganos y partes interesadas”, impartido por Alejandro Martínez Reyes. El Diplomado tendrá 5 módulos adicionales que se impartirán cada mes.

Emilio Guerra Díaz

Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.