La venta de cuerno de rinoceronte es desde hoy legal en Sudáfrica, tras la revocación del Tribunal Superior del país de la prohibición temporal del comercio de este codiciado producto dictada por el Gobierno en 2009.
«La moratoria sobre la venta de cuernos de rinoceronte en el mercado sudafricano queda suspendida con este veredicto», anunció el juez Francis Legodi en el tribunal de Pretoria.
La decisión zanja, al menos provisionalmente, varios años de debate entre opositores y partidarios de la legalización.
La decisión del tribunal se dio a conocer meses antes del congreso de la Cites (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), que se celebrará en Johannesburgo y podría levantar la prohibición mundial del comercio de cuernos.
«Levantar la moratoria es sumamente peligroso», declaró el director del Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW) en Sudáfrica, Jason Bell.
«Sienta un precedente innecesario porque permite el comercio interno de cuernos, aunque no se autorice su salida del país», agregó.
«Si se levanta la moratoria internacional, la historia ha demostrado que la caza furtiva y el comercio ilegal crecerán espectacularmente», destacó.
Para Bell, la población de rinocerontes desaparecerá en dos o tres años si el consumo chino se mantiene al nivel actual.
Con su veredicto, Legodi da la razón a los propietarios de reservas privadas John Hume y Johan Kruger, que recurrieron ante la justicia la prohibición de la venta de cuernos de rinoceronte.
«¿Qué consecuencias desastrosas puede tener el levantamiento inmediato de la prohibición?. Yo no veo ninguna», concluyó en su sentencia el magistrado.
John Hume, el mayor propietario privado de rinocerontes del mundo, declaró ante el tribunal que no puede hacer frente a los gastos que conlleva mantener a los animales sin vender los cuernos de algunos de ellos.
Tras anunciarse el levantamiento de la moratoria, el Gobierno afirmó que planeaba apelar el fallo.
Por su parte, Legodi considera probable que la prohibición haya contribuido a aumentar los niveles de caza furtiva de estos animales, cuyos cuernos se pagan a precios superiores al oro en los mercados asiáticos debido a sus supuestas propiedades curativas y afrodisíacas.
El tráfico actual alimenta un mercado clandestino de la medicina tradicional asiática, sobre todo en Vietnam y China, donde se atribuyen propiedades curativas al polvo de cuerno.
El director para Sudáfrica de IFAW también calificó de inverosímiles los argumentos de quienes dicen que el comercio legal permitiría acabar con la caza furtiva.
Aumenta caza furtiva
Los criadores sudafricanos de rinocerontes recurrieron a la justicia en septiembre para obtener el derecho de vender legalmente las astas de estos animales, alegando que así se asestaría un golpe a la caza furtiva.
«Es un éxito total, ya no hay prohibición de venta de cuernos de rinoceronte» en Sudáfrica, afirmó GF Heyns, el abogado de uno de los demandantes.
Desde la aplicación de la moratoria en 2009, la caza furtiva se ha multiplicado en el país, que alberga el 80 por ciento de los rinocerontes del mundo.
Desde hace ocho años, el triste récord de rinocerontes muertos ha sido batido sucesivamente.
Según las estadísticas oficiales, mil 215 animales fueron abatidos por los cazadores furtivos en 2014, contra mil 4 en 2013, 668 en 2012, 448 en 2011, 333 en 2010, 122 en 2009, 83 en 2008 y apenas 13 en 2007.
Numerosos especialistas consideran que estas cifras están por debajo de la realidad, puesto que muchas osamentas no son encontradas.
Para evitar ser detectados, los cazadores utilizan a menudo anestésicos más discretos que las armas de fuego.
Después les cortan los cuernos con un hacha, y cuando el animal se despierta, muere por las heridas tras una larga agonía.
Quedan unos 20 mil rinocerontes blancos en Sudáfrica, que representa el 80 por ciento de la población mundial de esta especie.
Los cuernos de rinoceronte están hechos de queratina, la misma proteína que hace crecer las uñas humanas.
Los criadores aseguran que si se legalizara su venta se podrían extraer los cuernos anestesiando el animal y luego volverían a crecer sin problema.
Fuente: Reforma