Para mejorar la productividad, generar ahorros y tener practicas sustentables, cada vez más empresas organizan a sus colaboradores para dar aventones.
El miércoles 16 de febrero de 2011, los directores de Costco tenían una junta en las oficinas centrales de la empresa en Huixquilucan, Estado de México. El objetivo de la reunión no era anunciar un cambio en las políticas de la empresa o presentar a un ejecutivo, sino explicar un nuevo plan de recursos humanos.
La estrategia requería un esfuerzo conjunto de todas las áreas para fomentar el carpooling o viaje compartido en automóvil. Con el plan, Costco obtendría beneficios como despejar el espacio de sus estacionamientos, reducir el número de vehículos en circulación y, principalmente, mejorar la cohesión entre los colaboradores.
Cuando Rodrigo Ramírez, empleado del departamento de Compras, se enteró del proyecto (y de los beneficios que podría obtener, como el pago integro de su gasolina y lugares preferenciales en el estacionamiento) ofreció su automóvil. Ingresó al sitio web creado por Aventones, la empresa que Costco contrató para esta práctica. Después dio de alta sus datos y publicó la ruta por la que pasa para llegar al trabajo y sus horarios.
Más tarde, el sistema le aviso que tenía tres coincidencias con sus compañeros de área: Adrián Rodríguez, Carlos Quiroz y Juan Manuel Becerra. Ese mismo día se organizo con ellos y acordaron reunirse al día siguiente en su casa en Lomas de la Hacienda, en Atizapán de Zaragoza. La cita para ir a la oficina en un mismo auto se programó a las 7:20 am, ya que el trayecto al corporativo es de 30 minutos. Debían llegar a las 8 am.
Como Costco, Empresas ICA y Banco Compartamos contrataron servicios de terceros para organizar a sus colaboradores para dar ‘aventones’. Otras compañías, como Axa Seguros y KPMG, ya están definiendo cómo organizaran a sus empleados. Por su parte, Scotiabank ya arrancó su propio proyecto de carpooling.
Crear cohesión
Daniela de la Fuente, del departamento de Recursos Humanos de Costco, formó un carpool con Arlette Anaya y Daniela Desdier, de la misma área, y Mariana Sainz, de tesorería. Contrario a Rodrigo Ramírez, que es el único de su grupo que presta su automóvil al esquema, el grupo de Daniela se turna la responsabilidad cada semana.
La idea es que los beneficios -como reducir el desgaste de sus vehículos y ganar 20 minutos por la mañana al no tener que buscar donde estacionarse- impacten a todo el equipo. Lo que si mantienen son las reglas que crearon desde el primer día: respetar los horarios, guardar silencio mientras alguien esté en una llamada y no fumar durante el trayecto.
La empresa también gana: aumenta su actividad ecológica al contribuir con la reducción de emisión de co2, obtiene mejoras en la productividad, eleva la cohesión, reduce el gasto en transporte de sus colaboradores y genera empleados puntuales y menos expuestos al estres del tránsito.
Con el programa Aventones y un sistema de camionetas que recorre puntos clave de la Ciudad de México y el Estado de México para recoger a sus empleados, Costco logró reducir la circulación de 1,000 autos en marzo de 2011. Ivonne Courtois, gerente de Recursos Humanos, explica que en Costco el carpooling incluye a los altos directivos. Este año, la compañía el programa en sus 32 bodegas ubicadas en todo el país y en su centro de distribución de Tepeji del Río, Hidalgo.
Solos o acompañados
Pensando en los beneficios que da el compartir auto, hay empresas que ofrecen un servicio integral para implementar esta práctica verde en las organizaciones. Una de ellas es Aventones, fundada por Cristina Palacios y sus socios. La compañía ofrece un sistema que opera a través de un sitio web.
Consiste en crear para la firma un software, una campaña de comunicación, dar pláticas de concientización y capacitación y un programa de incentivos diseñado a la medida de las empresas, que incluye vales de gasolina, vales de lavado de coche y reconocimientos, como el empleado mas ecológico, por ejemplo.
El servicio también incluye reportes -mensuales, trimestrales o semestrales- de estadísticas sobre el número de vehículos fuera de circulación, reducción de co2, kilómetros recorridos en aventones, empleados involucrados, ahorro en gasolina o mejoras en la productividad.
Tiene un costo global de 8,000 dólares anuales y está dirigido a empresas con más de 250 empleados para que se pueda generar coincidencias entre las rutas. El tiempo de implementación es de aproximadamente seis semanas.
La práctica del carpooling también se puede aplicar por cuenta propia, como lo está haciendo Scotiabank. Por ejemplo, el banco está organizando un programa para compartir auto que planea arrancar en julio próximo.
La institución financiera encargó a su departamento de sistemas una herramienta que funciona como una red social, donde los usuarios se dan de alta, crean las rutas y seleccionan las zonas, anuncian la disponibilidad de un automóvil y otros usuarios pueden buscar la opción más conveniente.
La idea de este esquema es que sea muy interactivo, como una página de Facebook: cada vez que alguien comparte un auto, lo puede reportar para obtener premios, como el colaborador del mes o el usuario con el vehículo más limpio. La inversión inicial de este proyecto fue de 100,000 pesos.
Rodrigo Villaseñor, director de Comunicación Institucional y responsable de la implementación de los proyectos de sustentabilidad del banco, detalla que la primera fase del esquema iniciará en julio en dos de sus edificios corporativos donde trabajan cerca de 3,000 colaboradores, y en la segunda fase se incorporará el personal ubicado en Paseo de la Reforma.
El impacto irá más allá al invitar a las empresas vecinas del inmueble a sumarse al programa de compartir auto. «Arrancaremos con los colaboradores y esperamos que participen al menos 200 personas», estima Villaseñor, pero también reconoce el reto que implica en el ambiente corporativo en México crear el hábito de compartir auto, por lo arraigado que está el uso de automóvil entre los colaboradores.
Sebastián Bonillas, jefe de Mercadotecnia para la región América Latina de la firma Mercer, señala que la práctica de compartir auto es nueva no sólo en el ambiente empresarial mexicano, sino también en el resto del mundo.
En Estados Unidos existe una verdadera cultura del carpooling, apoyada con el desarrollo de infraestructura pública e incentivos como cuotas especiales para los autos con cuatro personas a bordo en las autopistas, aunque las redes de automovilistas son abiertas al público en general.
Ya sea a través de Aventones o directamente en las empresas, esta iniciativa está siendo bien aceptada. En la encuesta que realizó Scotiabank a sus empleados para conocer la aceptación de Ecobici, otro programa que quería implementar el banco, la sugerencia más recurrente fue la crear una herramienta que les permitiera compartir el auto.
Fuente: Expansión, p. 88-92.
Por: Gabriela Cabrera.
Publicada: 6-19 de junio 2011.