El pasado martes, Aeroméxico realizó su primer vuelo transcontinental utilizando bioturbosina, un combustible mucho menos contaminante que el que consumen los aviones normalmente.
El Boeing 777, con 250 pasajeros, viajó a Madrid utilizando una mezcla de biocombustible y queroseno, lo que permitió un ahorro de una tonelada y media de turbosina tradicional.
Las aerolíneas, obligadas por las legislaciones internacionales, ya tienen estrategias para evitar el consumo de petróleo y la contaminación, pero los hábitos de los viajeros son también una pieza clave para contaminar menos. El exceso de equipaje, sin sentido, causa cada año miles de millones de kilos de dióxido de carbono (CO2).
Antes de subirse al avión, hay que tener en cuenta estos datos: reduciendo el peso de la maleta de 20 a 15 kilos, un vuelo transatlántico -entre América Latina y España- se ahorraría unos mil 500 kilos transportados (1.5 toneladas), lo que supone cientos de litros de combustible y de emisiones de CO2.
¿Cuánto contamina mi vuelo?
Hay varias calculadoras de emisiones en internet: Finnair, una de las compañías líderes a nivel mundial en materia ambiental, ofrece una para conocer el impacto ambiental y el consumo de combustible de los vuelos, siendo además la primera calculadora basada en los consumos reales de meses anteriores.
También busca las rutas aéreas más directas entre dos ciudades, de forma que se puede seleccionar el vuelo que, además de ser más rápido, menos combustible gasta. En un vuelo Barcelona-Helsinki, por ejemplo, se consume 69 kilos de queroseno y se emite alrededor de 210 kilos de CO2 a la atmósfera. Cada 100 kilómetros de vuelo se necesitan 2.5 kilos de combustible por pasajero.
Otras calculadoras: Terrapass, que también calcula el impacto de los desplazamientos en automóvil, y CarbonCalculated
Fuente: Eluniversal.com.mx
Publicada: 9 de agosto de 2011.