Lorenza O’Farrill y Gustavo Castillo comparten algo más que su amor por los caballos, con los cuales han convivido durante mucho tiempo en sus vidas.
Desde hace algunos años, han podido compaginar el gusto hípico con la equinoterapia, la cual sirve para dar apoyo clínico a personas con discapacidad y ayudar a su desarrollo.
Ambos utilizan parte de sus ingresos para sacar adelante sus respectivos proyectos, ya que están convencidos que el altruismo y la ayuda a los necesitados van más allá de cualquier recompensa económica.
La esperanza para los niños que sufren alguna discapacidad puede llegar en caballo, pues la equinoterapia es un método mediante el cual pueden superar sus limitaciones físicas y emocionales.
El tratamiento consiste en una actividad, que además de ayudar al desarrollo de las personas, es divertida, pues consiste en montar a caballo y hacer recorridos de manera regular, una o dos veces a la semana.
Reforma, Suplemento Club, p. 38, 40, 42