Según las estadísticas de Catalyst, los rastreadores de las mujeres en los negocios cuyo reporte anual fue dado a conocer recientemente, no hay mucho qué celebrar.
En 2009, las mujeres ocuparon el 15.2% de los asientos en las juntas dentro de las compañías de Fortune 500. Eso no mostró ningún cambio con lo reportado en 2008.
Pero tampoco nos emocionamos por nada más. Es difícil entender que 61 compañías en la lista de Fortune 500 aún no tengan ni a una sola mujer en sus juntas, pero es cierto, y no podemos evitar preguntarnos lo siguiente:
¿Cómo es que Dollar General, el vendedor de valores en dólares que atiende a las mujeres compradoras parcas, puede ser tan mezquino cuando de mujeres directoras se trata? No hay ni una sola mujer en la junta de Dollar General.
Y, ¿cómo puede el rey del chocolate, Hershey, cuyos productos son la debilidad de muchas mujeres, no tener a una sola representación femenina en su junta? Puedo escuchar las bromas de los altos directivos de la empresa, comentarios llenos de testosterona, burlándose de la fuerte presidenta ejecutiva de Kraft Foods, Irene Rosenfeld.
El conteo de las compañías de Fortune 500 sin mujeres en sus juntas también incluye a Liberty Media de John Malone, Philip Morris International y Virgin Media, parte del imperio Virgin de Richard Branson.
Aunque puedan asumir que Affiliated Computer Services tiene a una mujer en Lynn R. Blodfett, que no los engañen. Blodgett, presidenta ejecutiva de ACS, definitivamente es un señor.
Hay muchas razones convincentes para que las compañías tengan a mujeres en sus juntas.
Catalyst descubrió que las compañías con tres o más mujeres en puestos directivos, tienen un mejor desempeño en promedio que aquellas empresas con menos mujeres.
Un hombre que ha visto la luz es Steve Jobs. Su junta de Apple solía estar formada por puros hombres. A principios del año pasado, Jobs llamó a la presidenta ejecutiva de Avon, Andrea Jung, quien también está en la junta de General Electric, para que formara parte de su junta. Jung aprovechó la oportunidad y tiene mucho qué decir sobre lo que implica.
