Desde hace varios años la crisis ha estado presente en nuestra economía. Ésta puede ser más notoria cuando se hablan de proyectos dentro de la sociedad así como la educación, la cultura y el medio ambiente.
Tras esa crisis y la falta de credibilidad en el sistema se necesita tener una mejor economía y una mejor banca, por ello la banca ética invierte en economía real y apoya este tipo de proyectos en beneficio de todo lo que nos rodea.
Son varias las personas que se preocupan por crear un mejor entorno, sin embargo, el dinero que ocupan está en manos de bancos que invierten en empresas socialmente irresponsables y que favorecen el comercio de armas y la especulación inmobiliaria.
De acuerdo con información de Muy Interesante, las entidades financieras, por ejemplo, participan en el negocio armamentístico de diferentes formas: adquieren acciones, financian las exportaciones y conceden créditos y préstamos a las empresas de armamento. De este modo, los bancos no solo son cómplices, sino que sin su apoyo financiero el negocio de armas sería prácticamente inviable. La plataforma Banca Armada, formada por el Centro de Estudios por la Paz, Setem y el Observatorio de la Deuda en la Globalización, promueve acciones de sensibilización y denuncia y emite informes periódicos que identifican a los bancos que colaboran con la producción de armas.
¿Banca ética?
Un banco puede invertir el dinero de sus clientes en proyectos y empresas que respeten el medio ambiente, fomenten la dignidad laboral de sus trabajadores y mejoren la calidad de vida de las personas.
“Cuando, en lugar de a una compañía de fabricación de armas, un banco decide conceder un crédito a una empresa que comercializa productos ecológicos y da empleo a personas en riesgo de exclusión social, esta entidad hace una elección ética. Y este banco, al igual que las personas que depositan sus ahorros en él, está apostando por la paz, por la conservación del medio ambiente y por el respeto a las personas. Este banco está construyendo una sociedad distinta, quizá la sociedad con la que muchos de nosotros soñamos”
Una de las entidades más destacables de la banca ética es Triodos Bank, que nació en Holanda en los años 60. La mayoría de sus cuentas ofrecen la posibilidad de donar todos o parte de los intereses a diferentes organizaciones sociales.
Fiare Banca Ética va un poco más allá e incorpora principios de horizontalidad en su organización. Así, cada persona es un voto, y todo el mundo tiene el mismo peso en la toma de decisiones, sin importar la cantidad de dinero que haya invertido en el proyecto.
Se trata de una organización que nació de la unión de Banca Popolare Etica, un banco cooperativo que trabaja en Italia desde 1999, y Fiare, que opera en España desde el 2005.
Actualmente cuenta con más de 37 mil personas socias y ofrece para particulares su Cuenta Ética que se puede gestionar a través de internet, así como tarjetas de débito y de crédito y la posibilidad de depósitos a plazo fijo y otros productos de inversión.
La cultura también tiene cabida en el mundo de la banca ética. La asociación Dédalus Cine está formada por un grupo de profesionales del cine, el teatro, el periodismo y la publicidad que organiza el Festival de Cine de Albacete Abycina, la Muestra de Cine Mujer de Albacete, así como diversos programas para fomentar la cultura del cortometraje entre los más jóvenes.
Por otro lado, según el estudio ‘Las finanzas éticas y sostenibles en Europa’, a cargo de la Fundación Finanzas Éticas (Banca Ética), en los últimos diez años, los Estados europeos han gastado aproximadamente 750.000 millones de euros en rescatar a numerosos bancos de la quiebra. Sin embargo, ninguno de los bancos éticos presentes en el continente ha tenido que ser rescatado, ya que estas entidades conceden créditos, como hemos visto, solo a iniciativas de la llamada ‘economía real’, que no especulan y que además siguen criterios sociales y medioambientales.