Bancos financian a responsables de crisis climática invirtiendo más de 500 mil millones de dólares al año para financiar a los principales contribuyentes al cambio climático en el Sur Global, una región especialmente vulnerable a los desastres climáticos que asolan el planeta.
De acuerdo con el informe de ActionAid, una organización no gubernamental (ONG) internacional que trabaja en todo el mundo para combatir la pobreza y promover la justicia social, los bancos tienen el poder de transformar el futuro de la economía sostenible; sin embargo, financian a responsables de la crisis climática, según Corporate knights.
El impacto de la financiación bancaria en el cambio climático
Según el informe titulado: «How The Finance Flows Full Report» 2023, las instituciones financieras están invirtiendo más de 20 veces la cantidad de fondos en combustibles fósiles en comparación con los recursos destinados a combatir el cambio climático en la región del Sur Global.
La cifra promedio de inversión anual en combustibles fósiles se sitúa en 513 mil millones de dólares, mientras que la inversión gubernamental para abordar el cambio climático en 2020 fue significativamente menor. Esta disparidad es uno de los principales hallazgos del informe y resalta la magnitud del problema en cuanto a la financiación de actividades que contribuyen al cambio climático en lugar de abordarlo.
«El dinero del mundo está fluyendo en la dirección equivocada».
Arthur Larok, secretario general de ActionAid International.
Hipocresía de los bancos frente al cambio climático
Teresa Anderson, líder global en justicia climática de ActionAid, resalta cómo estas decisiones afectan a comunidades en África, Asia y América Latina que padecen las consecuencias de las inversiones realizadas en remotos despachos bancarios.
La financiación de la industria de los combustibles fósiles y la agricultura industrial en el Sur Global está llevando a la combinación de la pérdida de tierras, la deforestación, la contaminación del agua y el cambio climático, señala el informe.
«Al financiar los combustibles fósiles y la agricultura industrial en el Sur Global, los bancos están condenando a las comunidades a la cruel combinación de falta de tierras, deforestación, contaminación del agua y cambio climático».
Teresa Anderson, líder mundial en justicia climática de ActionAid y autora del informe.
Bancos financian a responsables de crisis climática
De acuerdo con el informe, en Europa, HSBC, BNP Paribas, Société Générale y Barclays son los principales financiadores de combustibles fósiles y agronegocios. HSBC, en solitario, invirtió 63 mil millones de dólares en proyectos de combustibles fósiles en el Sur Global y más de 17 mil millones en agricultura industrial.
En América, Citigroup, JPMorgan Chase y Bank of America lideran la inversión en estos sectores, con Citigroup destinando 90 mil millones de dólares a combustibles fósiles. Sin embargo, el mayor financiador global es el Industrial and Commercial Bank of China, con una inversión asombrosa de 146 mil millones de dólares en empresas de combustibles fósiles.
Uno de los datos más preocupantes que arroja el informe es que solo el 7% de la financiación proporcionada por los principales bancos internacionales se destinó a energías renovables en los siete años posteriores a la implementación del Acuerdo de París sobre cambio climático. Lo que resalta la falta de compromiso real de la banca en la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles.
El papel de la agricultura industrial
Si bien gran parte del debate sobre el cambio climático se centra en la reducción del uso de combustibles fósiles, la agricultura industrial a menudo pasa desapercibida. Sin embargo, esta industria es la segunda mayor contribuyente a las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global, según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático.
La agricultura industrial implica la creación de monocultivos que consumen vastas extensiones de tierra y dependen de fertilizantes sintéticos intensivos en emisiones de gases de efecto invernadero. Estas prácticas son responsables de la deforestación y la degradación de la biodiversidad en diversas regiones.
En Brasil, por ejemplo, la industria cárnica y los campos de soja que se utilizan para cultivar alimentos para animales son los principales impulsores de la deforestación en las regiones del Amazonas y el Cerrado.
En este contexto de cambio climático urgente, el informe de ActionAid subraya la necesidad de aumentar los fondos públicos y canalizarlos en beneficio de la transición hacia energías renovables y la agroecología. Además, hace un llamado a poner fin a la inversión de los bancos y gobiernos en actividades que contribuyen a la destrucción del planeta.
