Tras el sismo que sacudió a la Ciudad de México y que dejó miles de damnificados, varias empresas, organizaciones y gobiernos donaron dinero para restablecer la estructura de las casas y departamentos de la ciudad.
El dinero, ha sido distribuido en tarjetas del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi) , las cuales, según una investigación realizada por Animal Político, están clonadas.
¿Cómo se dieron cuenta?
Reynaldo Molina Espinoza, resultó afectado por el sismo de magnitud 8.2, éste sacudió su vivienda que algunos muros se deshicieron. Reynaldo, de 56 años recibió una tarjeta de Bansefi con tan sólo 15 mil pesos y que según la entrevista para el medio de comunicación anteriormente mencionado, «con eso no alcanza para hacer de nuevo la casa».
En los registros del Bansefi, su nombre aparece en 34 tarjetas, a las cuales se le depositó un total de 510 mil pesos. Según Reynaldo, él únicamente recibió una tarjeta.
El nombre de un damnificado por el sismo 19S en CDMX aparece en 34 tarjetas para apoyar a la reconstrucción de su casa. En esas se le depositó un total de 510 mil pesos. Él solo recibió una.
En una investigación realizada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), a la que Mexicanos contra la corrupción y la Impunidad (MCCI) tuvo acceso, el nombre de Reynaldo Molina Espinoza aparece como parte de mil 495 casos de damnificados a los que Bansefi emitió muchas más tarjetas de las que tenían derecho. Esto quiere decir que se emitieron 4 mil 574 tarjetas para mil 495 beneficiarios, o sea 3 mil 79 plásticos de más.
En esas tarjetas «dispersas» ascienden a un total de 68.8 millones de pesos, es decir poco más de 3.6 millones de dólares.
En la investigación de las autoridades se mencionan once nombres de los damnificados a quienes se les emitieron el mayor número de tarjetas, entre 34 y 10 para cada uno. Según la misma investigación de Animal Político, otras mil 484 personas están registradas con dos y hasta ocho tarjetas de débito cuando, de acuerdo con el programa de apoyo a los damnificados, solo les correspondería una, pues son las que se emiten para disponer de efectivo.
Cinco de los once damnificados viven en comunidades marginadas de Chiapas pero ninguno recibió algún apoyo federal: ni una tarjeta.
Para corroborar que las cinco personas que se localizaron son los mismos que se menciona en la investigación de la CNBV, MCCI buscó sus nombres en una base de datos de damnificados por los sismos, a la cual se tuvo acceso, y en la cual aparece la totalidad de los once casos resaltados por la autoridad bancaria a cuyos nombres se emitieron más tarjetas de las debidas. En esa base de datos se incluye la comunidad en la que viven, así como el número de folio y de tarjeta que les dieron. Cuando se visitó a cinco de esos damnificados en sus comunidades y se revisó sus números de folio y de tarjeta, estos eran exactamente los mismos registrados en la base de datos.
Transparencia en programas sociales
El gobierno federal, anunció que apoyaría a la reconstrucción de las casas de los damnificados con recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), los cuales entregaría Bansefi a través de tarjetas de débito y monederos electrónicos.
Según el programa del Fonden, a todos los damnificados les tocaría sólo una tarjeta de débito para disponer del efectivo, y sólo a quienes presentaron «pérdida total», les corresponderían dos plásticos: uno de débito y el monedero electrónico.
La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) fue la encargada de realizar el censo de damnificados, el cual se entregó a Bansefi; institución que fue responsable de depositar el dinero del Fonden a las tarjetas.
Días después los damnificados reclamaron por dinero faltante en las tarjetas que recibieron. Días después se inició una investigación por las tarjetas repartidas entre los afectados.
En la investigación de la CNBV, el nombre de Manuel de Jesús Hernández Camacho aparece con 26 tarjetas emitidas, en las cuales se depositaron 390 mil pesos.
“Yo no he recibido tarjeta. Por eso mi casa está como está, porque no la he reparado, no tengo efectivo para mi casa. Seguimos esperando todavía”, asegura Manuel cuando se le pregunta si recibió más de dos tarjetas. Incluso, se enoja: “Perdí mi trabajo en la granja, por esperar que llegaran con la tarjeta. No ha llegado nada”.
