El catastrófico escenario que vivió la humanidad durante casi dos años, y que continúa latente en países como China y otros, debido a la pandemia, ha impulsado la búsqueda de soluciones médicas como la vacunas o la más reciente píldora anti COVID de Pfizer, ya que como bien lo afirma la OMS: la emergencia sanitaria no ha terminado.
Con aproximadamente, 464 millones de casos y 6 millones de muertes a nivel mundial, la COVID-19 al mes de marzo de 2022, esta enfermedad continúa causando incertidumbre y grandes desigualdades.
Sin embargo, en una muestra de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), Pfizer le ha dado a 35 compañías farmacéuticas la posibilidad de fabricar y manufacturar una versión menos costosa de Paxlovid, un medicamento que ayuda en la lucha contra los síntomas leves y medios de la enfermedad causada por el coronavirus.
¿Cómo funciona la píldora anti COVID de Pfizer?
El año pasado, Pfizer anunció que sacaría a la venta Paxlovid, una pastilla antiviral para el tratamiento de la COVID-19, que de acuerdo con la empresa tiene un 89% de efectividad en la reducción del riesgo de hospitalización y muerte, ya que de los pacientes, que tomaron la píldora en los primeros cinco días de tener síntomas, solo entre el 0.8% y el 1.6% fueron hospitalizados y no hubo decesos.
Dicho medicamento está pensando como un remedio que “podría prescribirse como un tratamiento en el hogar para ayudar a reducir la gravedad de la enfermedad, las hospitalizaciones y las muertes, así como la probabilidad de infección después de la exposición, entre los adultos”, aseguró Pfizer al presentarla.
La píldora anti COVID de Pfizer está integrada por Nirmatrelvir y Ritonavir, dos antivirales con inhibidores de la proteasa, una enzima que logra descomponer las proteínas de los virus y que suelen ser utilizados en los tratamientos contra el VIH.
Pese a su eficacia, la Paxlovid cuenta con un problema: su tiempo de producción, que puede ir de 6 a 8 meses, esta lentitud es un factor en la llegada a quienes la requieren.
Brecha en la vacunación
Según lo reporta la ONU, la brecha entre países ricos y pobres en la inoculación poblacional contra la COVID-19 se mantiene en desequilibrio, pese al esfuerzo de COVAX —alianza que busca garantizar el acceso equitativo a las vacunas, y que forma parte de su estrategia de Acelerador ACT —iniciativa de colaboración mundial para acelerar el desarrollo y la producción de pruebas, tratamientos y vacunas contra la COVID-19 y garantizar el acceso equitativo—.
La distribución desigual de las vacunas no es solo un ultraje moral, también es económica y epidemiológicamente contraproducente. Algunos países están compitiendo para vacunar a toda su población, mientras que otros países no tienen nada.
Organización de las Naciones Unidas.
El continente americano es una de las regiones en donde esta inequidad es latente. Recientemente, la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, afirmó que el 63% de las personas en América Latina y el Caribe ya han sido vacunadas pero con un alcance ampliamente desigual.
Mientras 14 países y territorios han vacunado al 70% de su población, el mismo número no ha logrado alcanzar ni siquiera el 40% de cobertura.
Carissa F. Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Por su parte, la Unión Europea ha logrado vacunar a más del 70% de su población, y El País asegura que algunas «organizaciones que abogan por una inmunización universal denuncian que hay más europeos con la dosis de refuerzo (204 millones) que africanos con la pauta completa (151 millones)».
Con estas grandes diferencias, parece que la batalla contra esta enfermedad seguirá siendo menos dura para aquellos que puedan pagar más, aunque una acción reciente que hará que la píldora anti COVID de Pfizer pueda ser fabricada en otros territorios a un precio más barato, podría contribuir a aquellas naciones que no gocen de privilegios.
Llevarán a más personas la píldora anti COVID de Pfizer
De acuerdo con Reuters, gracias a un convenio entre la organización Medicines Patent Pool (MPP), dedicada a buscar el acceso a la salud, y Pfizer, 35 compañías tendrán la posibilidad de fabricar la Paxlovid, píldora anti COVID de Pfizer, para llevar el tratamiento a 95 naciones pobres.
Este acuerdo fue aprobado desde el año pasado, sin embargo, han estado trabajando en la selección de las productoras a las que se les dará la licencia, asimismo, tanto la farmacéutica como la ONG aseguran que ninguna de las corporaciones elegidas logrará elaborar suministros significativos antes de fin de año.
Las empresas que generarán versiones de Paxlovid o su activo tienen sede en 12 países diferentes e incluyen a: Teva Pharmaceutical Industries, Sun Pharmaceutical Industries y Viatris Inc, algunas de las más grandes en la fabricación de genéricos.
¿Funcionan igual?
Debido a la complejidad y el gran valor que tiene la industria farmacéutica, los medicamentos genéricos —como será la píldora anti COVID de Pfizer—, suelen ser considerados de menor calidad o clonaciones defectuosas de las patentes, pero la realidad es que esto no es así, ya que los genéricos suelen tener procesos rigurosos.
Un medicamento genérico es, según la Food and Drug Administration (FDA) de EE.UU., aquel «creado para ser igual a un medicamento de marca ya comercializado en cuanto a su dosificación, seguridad, potencia, vía de administración, calidad, características de rendimiento y uso previsto».
Además, la misma institución asevera que un genérico funciona de igual forma que uno de patente, ya que conlleva el mismo proceso, se verifica que funcione de la misma manera y tiene «la dosificación, seguridad, eficacia, potencia, estabilidad y calidad».
Por lo que, quienes adquieran este tipo de productos podrán tener la seguridad de estar tomando la misma calidad, lo mismo pasará con los tratamientos COVID que se generen gracias a la colaboración de Pfizer, misma que asesorará a las franquicias que lo produzcan.
¿Acción responsable?
Pfizer no recibirá ninguna regalía por el genérico de Paxlovid, mientras la COVID-19 sea una «Emergencia de Salud Pública de Preocupación Internacional» declarada por la OMS, al terminarse, las ventas en países de economías débiles continuarán libres de cargos por propiedad intelectual, señala Reuters.
Asimismo, la farmacéutica implementará costos escalonados las naciones «de ingresos medianos bajos y los países de ingresos medianos altos estarán sujetos a una regalía del 5 % por las ventas al sector público y una regalía del 10 % por las ventas al sector privado, destaca Medicines Patent Pool.
Dado el ingreso que representan las patentes para la industria, que Pfizer haya decidido ceder los derechos de este medicamento muestra un compromiso responsable por aportar a la problemática de desigualdad en los tratamientos vs COVID. Quizá sea este un excelente ejemplo a seguir del resto de farmaceúticas que de igual forma han desarrollado tratamientos contra un problema que continúa siendo global.