¿Sí o no? Al menos, Paul Krugman alberga “ingenuas esperanzas” en el mensaje que pronunciará Barack Obama al cierre de la cumbre ambiental. Pero varios medios occidentales no le dan mucho espacio al encuentro sobre el efecto invernadero.
Sea como fuere, la súbita decisión presidencial tal vez influida por una actitud similar de China entibia el clima en Dinamarca. Pero, según suponen algunos observadores, Obama optó por hablar último, en lo posible después de negociarse un documento final más plausible que el fracasado protocolo de Kyoto (11 de diciembre, 1997).
Lo positivo es que Washington, Beijing y Delhi hayan resuelto participar de la reunión. Además, Estados Unidos pretende ahora dar el tono al cierre, no ya desempeñar un papel aislado, aunque la opinión pública no se lo imponga. Sin embargo, como señalan analistas brasileños y franceses, lo mismo hizo respecto de Latinoamérica, pero al revés, antes de apoyar el golpe hondureño junto con Colombia, su operadora regional, y Perú.
En rigor, las principales economías del planeta, inclusive emergentes como China, India o Sudáfrica, finalmente se han comprometido a morigerar emisiones de monóxido carbón vegetal y dióxido de carbonos (hidrocarburos). Ese factor persuadió al mandatario norteamericano para hacerse presente en Copenhague.
No obstante, hasta hoy se ignora casi todo, salvo los plazos del futuro acuerdo global. Pero, por otra parte, funcionarios de la Unión Europea creen que ningún país clave permitirá que la cumbre no produzca nada concreto, como arriesga la Organización de Naciones Unidas para agro y alimentos (FAO en inglés).
Hasta el lunes, se esperaba la asistencia de Obama en la apertura, para no vérselas, al cierre, con un eventual documento sin sustancia. En otras palabras, Washington espera compromisos específicos, especialmente de China e India máxime si asisten Wen Jiabao y Manmohán singh , claves en contaminación vía monóxido por su intensivo uso de carbón.
En lo atinente a objetivos, por ahora hay uno: reducir hacia 2020 entre 20 a 25% las emisiones respecto de 2005. En los papeles, mientras tanto, el protocolo de Kyoto expira el 10 de diciembre de 2011.
Cualquier documento aprobado en Copenhague, por otro lado, tendrá carácter ejecutivo entre seis y doce meses después. Eso plantea un obstáculo para Obama: sólo podrá establecer metas provisorias, pues el senado debe aún pronunciarse sobre un proyecto con plazos propios, y hay lobbies muy activos, según los cuales el efecto invernadero es una exageración de ciertos científicos.
Miren,si los grandes y poderosos paises se decidan ,esto del clima y sus problemas,será un problema menor,claro que si atendiendolo. Porque es un verdadreo caos,lo se ve venir,será !!! terrible !!!,. Esto va en serio..Saludos.