Ya lo dice el dicho: la basura de uno es el tesoro de otro. Eso lo saben generaciones de pepenadores que cada día cumplen con el rito de levantar lo inservible y darle uso.
En Tultitlán, el rito va más allá, pues los desechos son la materia prima de un proyecto de generación de biogás. Con una inversión inicial de 300 millones de pesos, Tecnosilicatos de México acordó con el municipio de Tultitlán tecnificar el manejo de la basura que inunda un tiradero ya clausurado.
Rafael Cardona, fundador de la empresa, explica que la idea es salvar al municipio de una crisis. En 2005, recuerda Mario Pontón, director de Servicios Públicos del Ayuntamiento, Tultitlán enfrentó la clausura de un tiradero que mantenía desde hacía 30 años en una mina abandonada de tepetate en la Sierra de Guadalupe.
Expansión Opinion : – – P52-58 –
