Las autoridades de Beijing estiman que la capital chino no podrá disfrutar de aire limpio hasta 2030, dadas las enormes dificultades para atajar la grave contaminación que sufre gran parte de China, informó el portal China.org.
Hasta 16 años deben pasar para que el nivel de las partículas PM 2,5 -las más perjudiciales para la salud, ya que pueden penetrar directamente en los pulmones- se adecúe al estándar internacional considerado “seguro” por la Organización Mundial de la Salud (OMS), dijo Pan Tao, director del Instituto municipal de investigación para la protección medioambiental de Beijing.
“Mejorar la calidad del aire en la urbe no va a ser tarea fácil”, lamentó Pan durante un simposio sobre medioambiente urbanístico celebrado en Beijing, según China.org.
“Se requiere tiempo para revertir la situación”, enfatizó.
La OMS asegura que la concentración de partículas PM 2,5 no debe ser superior a los 35 microgramos por metro cúbico, una cifra que Beijing supera casi todos los días.
En 2013, según los datos publicados por Tan, se registró de media una concentración de partículas PM 2,5 de 89,5 microgramos por metro cúbico, más del doble que el estándar de la OMS.
Las autoridades lanzaron el año pasado una inversión récord para reducir la cantidad de estas partículas para 2017 hasta los 60 microgramos por metro cúbico, con un paquete de medidas que incluso promete cerrar hasta 300 industrias contaminantes sólo en Beijing.
“El objetivo es aún dañino para la salud de la gente, pero alcanzarlo es un desafío”, indicó Pan en la conferencia.
Según el experto, la rápida expansión de Beijing, el enorme crecimiento de la población y una inadecuada planificación urbana han lastrado la mejora del medioambiente.
“La actual emisión de contaminantes está lejos de la capacidad medioambiental de la ciudad y cualquier condición climática adversa provoca con facilidad días de smog”, señaló.
Según el director, la clave se encuentra en la reducción de emisiones y las autoridades ya han comenzado a imponer grandes multas a las empresas que superen los límites de emisiones contaminantes para reducir la contaminación en Beijing.
Los expertos consideran que la única solución es que la segunda economía mundial, el mayor consumidor de carbón del mundo, reduzca de forma paulatina su dependencia de las industrias pesadas y apueste por un modelo de energía mixta.
Las industrias pesadas, entre ellas los sectores de la construcción y el manufacturero, supusieron el 46 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en 2012.
La grave contaminación en China es una de las mayores preocupaciones de la población, dados los alarmantes casos de cáncer registrados en el país, hogar de un 20 por ciento del total mundial de pacientes de esta enfermedad recientemente diagnosticados, según datos oficiales.
Además del problema sanitario, la polución ya está siendo un problema económico para el Gobierno chino. El turismo en ciudades como Beijing se ha visto reducido en un 10 por ciento en 2013 con respecto al año anterior.
Fuente: Ferriz.com.mx