Los sistemas de producción y las políticas e instituciones que sustentan la seguridad alimentaria mundial son cada vez más insuficientes, debido a esto se ha optado por fomentar la agricultura sostenible. Esta ayuda a garantizar el abastecimiento mundial y, al mismo tiempo, promover ecosistemas saludables y apoyar la gestión sostenible de la tierra, el agua y los recursos naturales.
Cuando se practica la siembra convencional se cambia el paisaje pues se destruye la cubierta vegetal. Lo anterior provoca que la mayoría de los organismos se vean afectados y que puedan desaparecer por completo o experimentar una considerable disminución. Con la agricultura sostenible se hace rotación de cosechas y los cultivos de cobertura, los cuales frenan la pérdida de biodiversidad.
Para conseguir la transición global a la alimentación sostenible, es imprescindible mejorar la protección de los suelos, por ello, te compartimos los beneficios ambientales que trae consigo su práctica.