El debate de Biden vs Trump respecto al tema del aborto ha tomado un giro crítico en Estados Unidos. Según un artículo de Forbes, el presidente Joe Biden ha acusado directamente a su rival, el exmandatario Donald Trump, de poner en peligro la salud de millones de mujeres.
Sin embargo, esta disputa no solo refleja diferencias ideológicas, sino que también plantea dudas sobre el rol del gobierno en la garantía de derechos fundamentales. Así como la protección de la salud pública en el país.
¿Por qué surge la pelea Biden vs Trump?
La confrontación de Biden vs Trump en torno al tema del aborto se basa en diferencias fundamentales en sus posturas políticas y filosóficas. Ambos líderes han expresado opiniones y propuestas opuestas en relación con la legalización y regulación del aborto, lo que ha avivado el debate sobre los derechos reproductivos en Estados Unidos.
Por un lado, el presidente Biden defiende una postura a favor de la legalización del aborto y la protección de los derechos reproductivos de las mujeres. En su comunicado, Biden ha criticado la posición de Trump, señalando que las políticas implementadas durante su mandato han resultado en restricciones significativas al acceso al aborto en varios estados.
Asimismo, argumenta que estas restricciones ponen en riesgo la salud y la vida de las mujeres, obligándolas a recurrir a procedimientos inseguros o viajar largas distancias en busca de atención médica. Aunado a ello, ha reiterado su compromiso de restaurar la protección federal al aborto en caso de ganar la elección, enfatizando la importancia de garantizar el acceso a servicios de aborto seguro y apoyar la autonomía corporal de las mujeres.
Por otro lado, Trump ha adoptado una postura que otorga a los estados la autoridad para decidir sobre la legalidad del aborto, en lugar de impulsar una prohibición nacional. En su mensaje en video, Trump ha defendido esta posición, argumentando a favor de la autonomía estatal en asuntos relacionados con la regulación del aborto.
Si bien Trump no ha abogado explícitamente por la prohibición del aborto a nivel nacional, su nominación de tres jueces conservadores para el Tribunal Supremo durante su mandato ha llevado a preocupaciones sobre la posible reversión de la decisión histórica de Roe v. Wade, que protege el derecho al aborto a nivel federal.
¿Cuáles son las consecuencias de criminalizar el aborto?
La criminalización del aborto conlleva una serie de impactos significativos en la salud, los derechos y el bienestar de las mujeres y la sociedad en su conjunto. Estas consecuencias abarcan desde riesgos para la salud física y mental de las mujeres hasta implicaciones sociales y económicas que van mucho más allá del debate Biden vs Trump.
En primer lugar, cuando el aborto se criminaliza, las mujeres pueden recurrir a métodos inseguros e ilegales para interrumpir sus embarazos, lo que aumenta el riesgo de complicaciones médicas graves e incluso la muerte. Además, puede tener un impacto negativo en la salud mental de las mujeres, aumentando el estrés, la ansiedad y el estigma asociado con la toma de decisiones reproductivas.
Aparte de ello, las mujeres que se ven obligadas a continuar con embarazos no deseados pueden enfrentarse a dificultades financieras, educativas y laborales, lo que afecta su autonomía y su capacidad para llevar una vida plena y satisfactoria. Por lo que queda más que claro que puede perpetuar desigualdades sociales y de género, especialmente para aquellas mujeres que no tienen acceso a servicios de aborto seguro debido a barreras económicas, geográficas o legales.
¿Los derechos humanos se deben someter a votación?
La pregunta sobre si los derechos humanos, como el acceso al aborto seguro y legal, se deben someter a votación o garantizados de forma inherente, plantea un debate fundamental sobre la naturaleza de los derechos fundamentales y el papel del gobierno en su protección. Y es lo mismo que ha motivado esta confrontación de Biden vs Trump.
Algunos defensores de los derechos humanos argumentan que ciertos derechos, como el derecho al aborto seguro y legal, son fundamentales y deben ser garantizados de forma inherente, independientemente de consideraciones políticas o mayorías electorales. Puesto que se basan en principios universales de autonomía, dignidad y libertad, y son esenciales para proteger la salud y los derechos de las mujeres.
Asimismo, la garantía de derechos humanos implica reconocer que todas las personas tienen derechos inalienables que se deben respetar y proteger desde el gobierno y la sociedad en su conjunto. Al garantizar el acceso al aborto seguro y legal, se asegura que las mujeres tengan control sobre sus cuerpos y sus vidas, y se promueve la igualdad de género y la justicia social.
Sin embargo, algunos argumentan que el acceso al aborto debe ser sometidos a votación y decisiones democráticas, reflejando las preferencias y valores de la sociedad en un momento dado. Según este punto de vista, la legislación sobre cuestiones controvertidas como el aborto debería ser determinada por procesos democráticos, como elecciones o referendos, en lugar de ser impuesta por tribunales o instituciones internacionales.
Por lo que este enfoque plantea preocupaciones sobre la posibilidad de que los derechos de las minorías se vulneren por parte de mayorías electorales. Así como el riesgo de que los derechos fundamentales se conviertan en objeto de debate político partidista, en lugar de recibir protección como principios universales.
La disputa entre Biden y Trump sobre el tema del aborto en Estados Unidos ha puesto de manifiesto diferencias profundas en cuanto a la interpretación de los derechos reproductivos y el papel del gobierno en la protección de estos derechos. Más allá de la contienda política, esta controversia plantea cuestiones fundamentales sobre la salud, los derechos y la autonomía de las mujeres en la sociedad contemporánea y no debería ser objeto de debate.
