En la revista Harvard Business Review de Septiembre 2009, varios artículos relacionados a la responsabilidad social se hacen presentes; entre ellos destaca uno escrito por Bill Clinton, en donde habla del futuro de los negocios y de la necesidad de estos de ver por las comunidades y el medio ambiente, no como caridad sino como estrategia.
A continuación presento la traducción libre de este artículo:
Crear valor en una economía de crisis
A raíz de algunas manifestaciones recientes del mercado de valores, parece que la confianza del consumidor está lentamente recuperándose de su punto más bajo en décadas. Pero hará falta mucho más que unos pocos días buenos en Wall Street para restaurar la fe del pueblo en las fuerzas positivas del libre mercado y la globalización. Una reciente encuesta de Harris Poll muestra que nueve de cada 10 estadounidenses ve ahora a las corporaciones, de mal modo.
Mientras nos preparamos para la reunión anual de la Clinton Global Initiative, que puse en marcha en 2005, estamos enfocados en ayudar a las empresas a encontrar la manera de crear valor para los accionistas y la sociedad. Al hacerlo, ellos pueden recuperar la confianza pública, esencial para el éxito a largo plazo del negocio. La creencia de que las empresas deben elegir entre hacer el bien y ser rentables es obsoleta; cada vez entienden más que su responsabilidad con los inversores significa ser responsables ante la sociedad y el medio ambiente en el que operan. Hoy en día, varios de ellos están aprovechando su core business para «hacer bien haciendo el bien».
Incluso en esta recesión económica, las empresas están en buena posición para ayudar a las personas y las comunidades, y pueden hacer dinero o ahorrarlo lo hacen. Hago un llamado a los CEOs en todas partes a adoptar este concepto como propio y a aplicarlo en sus operaciones.
Así como la tecnología de la información explotó en la década de los 90’s, la tecnología verde está llamada a ser el siguiente sector de mayor crecimiento. La energía renovable, la agricultura sostenible, el diseño ecológico, la eco-construcción, la mayor eficiencia en iluminación y electrónicos, las redes inteligentes y la limpieza de transporte, son todos mercados que prometen generar empleo y beneficios a nivel mundial. Las empresas también están convirtiéndose en verdes mediante la producción y envasado de los productos que venden, cada vez con menos materiales y con contenidos reciclados, que conservan los recursos naturales, reducen los costos de envío, y evitan las emisiones de carbono.
Al invertir en el crecimiento de las comunidades y el bienestar, la compañía otorga poder a sus clientes y crea una marca más fuerte, con mayor lealtad. Es lo que puede resistir las crisis económicas, garantizar mayores beneficios a largo plazo, y atraer a más inversores. Esto es especialmente cierto en los mercados emergentes, donde el rápido crecimiento está reduciendo la distancia entre la antigua «caridad» y la inversión inteligente.
Multar Kent, presidente ejecutivo de Coca-Cola, está ayudando a llevar esta carga. Su sistema de distribución en África es un ejemplo de una solución de negocio innovadora que beneficia tanto a la empresa como a los emprendedores en los mercados desatendidos. El programa permite a los empresarios independientes, incluyendo un número creciente de mujeres, la creación de centros de distribución en nombre de la empresa. Este modelo ayuda a Coca-Cola a asegurar mercados a los cuales le es difíciles llegar, mientras que apoya la creación de empleo en dichas comunidades. Hasta el momento, Coca-Cola ha creado 2.500 empresas de distribución independientes en toda África, proporcionando empleo directo a más de 11.000 personas y generando más de $500 millones en ingresos anuales.
En África occidental, Archer Daniels Midland se asoció con productores de cacao y cooperativas locales para proporcionar apoyo y educación en áreas que van desde la agronomía a la gestión empresarial o la prevención del VIH/SIDA. Más allá de producir beneficios considerables para los agricultores locales y sus comunidades —mejor salud, mayores ingresos y la creación de empleo— la colaboración le asegura a ADM un suministro sostenible de granos de cacao de alta calidad a sus clientes en el futuro. En los Estados Unidos, donde ADM transporta millones de toneladas de cultivos y productos terminados a través de las vías navegables interiores, la compañía dedica parte de sus fondos a importantes esfuerzos de limpieza de estas vías y alienta a los empleados a involucrarse directamente como voluntarios.
Estos son los tipos de medidas de la Clinton Global Initiative, que reúne líderes políticos, empresarios, filántropos y líderes de organizaciones no lucrativas de todo el mundo para adoptar decisiones sobre los problemas más acuciantes. Hoy en día, ser un buen ciudadano corporativo requiere más que un negocio tradicional ya que demanda inversiones en la sociedad y el medio ambiente. Pensar a corto plazo nos metió en el lío financiero, y las inversiones a largo plazo que también beneficien al mundo, pueden ayudarnos a salir de él.
Los esfuerzos que se haga a gran escala para resolver los grandes desafíos mundiales, sin incluir al sector privado, fallarán. Somos todos accionistas del futuro de nuestros hijos y el futuro de nuestro planeta, y trabajando juntos es como podremos construir una economía en la que todos puedan beneficiarse de los mercados libres.
Luis MaRam
Licenciado en Diseño Gráfico y Maestro en Administración y Marketing, Luis Maram ha brindado desde hace varios años asesoría outsourcing para empresas nacionales y trasnacionales en las áreas del diseño, la mercadotecnia y la publicidad. Asimismo se ha desempeñado como catedrático y ha impartido pláticas sobre estos temas.
Su pasión por el multifacético fenómeno de la comunicación lo ha llevado a ser autor de varias columnas, algunas impresas y otras online; su blog personal, un exhaustivo compendio de análisis sobre mercadotecnia y publicidad puede ser consultado aquí.
[…] Siga leyendo este artículo aquí. […]