Programador devenido en innovador, devenido en empresario, devenido en millonario, devenido en filántropo, devenido en capitalista creativo.
Bill Gates, el hombre que revolucionó la historia de la computación, se retiró formalmente el pasado viernes de su imperio, Microsoft. Gates, a partir de este fin de semana se dedicará a la filantropía —junto con su esposa— a través de la Fundación Bill y Melinda Gates, que desde hace una década, es la más grande del mundo en su género.
Con la decisión de Warren Buffett respecto de destinar sus donaciones a la fundación, ésta tiene que «invertir» anualmente al menos, tres billones de dólares para evitar ser penalizada por las leyes estadounidenses. Lo que puede dar una idea de que Bill sólo caminó de un monstruo a otro.
En el Foro Económico Mundial del 2008, Gates empleó el término Capitalismo Creativo, refiriéndose en ese momento, a desarrollos empresariales que beneficiaran a los más pobres del planeta; algo muy similar a la teoría de la base de la pirámide. No obstante, aún no se percibe una reacción al tema, al menos no de Microsoft o de algún otro titán de las economías.
Por otro lado, la fundación de Gates ha sido criticada duramente, pues se concentra más en invertir en problemas científicos que en desarrollos sociales. Como ejemplo está el hecho de que más de la mitad de sus recursos se destinan al desarrollo de vacunas contra enfermedades como la malaria, la tuberculosis o el SIDA.
Si bien esto no es de extrañarse debido al perfil «científico-tecnológico» de Gates, estos desarrollos, enfocados al área de la salud, están muy alejados del core business, los consumidores o la comunidad Microsoft, por lo que estratégicamente no tienen absolutamente nada que ver con el coloso del cual el viernes salió por última vez como un «trabajador» aún activo.
El slogan de la fundación del tercer hombre más rico del planeta versa así: Trayendo innovaciones en salud y aprendizaje a la comunidad mundial. Gates defiende esta línea bajo la premsa de que los laboratorios se enfocan más a desarrollos correctivos que preventivos, es decir, más en medicina y menos en vacunas. Un punto de vista sumamente interesante que nos hace preguntarnos ¿y si el equipo de Gates encontrara, por ejemplo, la vacuna contra el SIDA? El hombre que revolucionó la información ¿podría llegar a revolucionar la salud?