Cuando las temperaturas exceden los 30 grados centígrados, los principales cultivos que dan sustento a la población comienzan a declinar
Un panel internacional de expertos pidió adoptar una nueva visión sobre la sustentabilidad en agricultura y aplicar herramientas biotecnológicas como la ingeniería genética de cultivos para enfrentar una eventual catástrofe alimentaria derivada del cambio climático.
En un artículo publicado en la revista Science, los científicos advierten que de no actuar a tiempo, las consecuencias podrían ser desastrosas, pues hacia finales de este siglo los 3 mil millones de personas que viven en zonas tropicales cercanas al Ecuador podrían verse seriamente afectadas por hambrunas.
Cuando las temperaturas exceden los 30 grados centígrados, los principales cultivos que dan sustento a la población comienzan a declinar. Y según las proyecciones, hacia fines del siglo XXI la mayoría de las regiones tropicales y subtropicales del planeta registrarán niveles por encima de dicho referente.
“Veremos una baja de entre 20% y 30% en los rendimientos de los principales cultivos en las latitudes comprendidas entre el sur de California o el de Europa hasta Africa meridional”, auguró David Battisti, uno de los autores del artículo, de la Universidad de Washington.
“Me preocupa el hecho de que aún no entendemos lo que implicará alimentar a una población creciente en un planeta con un medio ambiente calentándose”, dijo la autora principal del texto, Nina Federoff, bióloga de la Universidad Estatal de Pennsylvania.
Este reto se torna aún más complicado, comentó la investigadora, debido a que la población del globo aumentará más de 30% hasta alcanzar una cifra de 9 mil millones de habitantes en 2050.
Incluso sin el agravante del calentamiento, alimentar a toda esa gente requerirá aumentar al doble la producción de granos básicos en los trópicos. Y con un clima más cálido los rendimientos declinarán debido a que las altas temperaturas hacen menos efectivo el proceso de fotosíntesis, consideró el científico.
Este factor se combinará con menores precipitaciones pluviales en las principales regiones agrícolas y la presión en constante aumento de patógenos y pestes. Todo ello hará necesario desarrollar sistemas que reduzcan las cantidades de energía, agua potable y tierras disponibles para los cultivos.
“Buscamos un aumento en el rendimiento de los cultivos comparable al que se dio durante la ‘revolución verde’, pero por al menos 40 años”, dijo Battisti. (Con información de Science y AAAS)
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