El cambio climático es real. Día con día nuestro planeta está más contaminado, por ello, cientos de empresas y gobiernos realizan acciones a favor del medioambiente, con el objetivo de reducir las emisiones y detener el cambio climático.
Sin embargo, con estas iniciativas, el sector energético es uno de los más afectados puesto que son ellos los que proveen de cierto combustible para todo el mundo.
Para evitar que dichas políticas afecten su producción y su economía, las compañías de petróleo y gas públicas más grandes del mundo gastan más de 200 millones de dólares (mdd) en cabildeo para controlar, demorar o bloquear políticas relacionadas con el cambio climático.
Esto afecta a los gobiernos que buscan implementar políticas a raíz del Acuerdo de París, que son vitales para cumplir los objetivos del cambio climático.
Normalmente las empresas no quieren divulgar estos gastos, pero dentro de un informe de InfluenceMap utilizó una metodología centrada en los mejores registros disponibles. Además, realizó una investigación intensiva de mensajes corporativos para medir su nivel de influencia en las iniciativas para detener el cambio climático.
De acuerdo con Forbes, BP tiene el gasto anual más alto en cabildeo climático en 53 millones de dólares, seguido de Shell con 49 millones de dólares y ExxonMobil con 41 millones de dólares Chevron y Total gastan cada uno alrededor de 29 millones de dólares cada año.
InfluenceMap afirma que parte del gasto se destina a esfuerzos sofisticados para involucrar a los políticos y al público en general en políticas ambientales que podrían afectar el uso de combustibles fósiles. Un ejemplo reciente de esto es la coordinación de mensajes de BP a través de sus canales de redes sociales y plataformas publicitarias que replantean la crisis climática como un desafío energético “dual”.
El informe asegura que estas petroleras se han gastado desde los Acuerdos de París de 2015 más de 1.000 millones de dólares en estrategias de lobby, que han hecho coincidir con campañas de lavado de imagen a favor de las energías limpias. Entre otras, Climate Action 100+, un programa de medidas contra el cambio climático que incorporó a las mayores firmas privadas del mundo.
Cada una de las firmas «blanquean» su imagen corporativa con programas de responsabilidad social corporativa y con proyectos innovadores en energías renovables inmersos en sus fundaciones.
Aunque, en realidad, despliegan millones de dólares a la pervivencia de los combustibles fósiles. Es decir, a mantener o expandir el calentamiento global.
Bloqueo de políticas contra el cambio climático
Las cinco firmas mencionadas anteriormente apoyan sus gastos de cabildeo con 195 millones de dólares para actividades de marca que sugieren que apoyen acciones contra el cambio climático.
Ellas lo hacen empleando tácticas comunes para llamar la llamar la atención sobre las bajas emisiones de carbono, posicionar a la compañía como un experto en clima y reconocer la preocupación por el clima mientras ignora las soluciones.
El informe dijo que las campañas ‘confunden’ al público, pues las compañías enumeradas continúan expandiendo sus actividades de extracción de petróleo y gas con solo el 3% del gasto destinado a proyectos de bajas emisiones de carbono.
Tanto Shell como Chevron rechazaron los hallazgos del informe y reforzaron su compromiso de reducir los gases de efecto invernadero y abordar el cambio climático.
Cabe mencionar que le invierten mucho en campañas de Facebook e Instagram para promover los beneficios de que los combustibles fósiles ocupen un lugar aún más destacado en el mix energético global.