El 40 por ciento de la población en el mundo carece de acceso regular a un excusado, según cifras de las Naciones Unidas ; sobra decir lo que esto significa en términos de riesgos sanitarios y contaminación.
En este marco, un empresario sueco está tratando de comercializar y vender una bolsa de plástico biodegradable que actúa como un excusado de un solo uso para los habitantes de la base de la pirámide, conformada por los sectores más pobres del mundo en desarrollo.
La bolsa, llamada Peepoo, es la creación de Anders Wilhelmson, un arquitecto y profesor en Estocolmo. Una vez utilizada, la bolsa puede ser atada y enterrada, y una capa de cristales de urea descompone los residuos para volverlos abono, matando a los organismos patógenos que producen enfermedades.
«No sólo es sanitaria», dijo Wilhelmson, que ha patentado el bolso, «ya que se puede utilizar para los cultivos.»
Wilhelmson encontró que en los barrios marginales de Kenia, a pesar de estar densamente poblados, había espacios abiertos con heces sin ser enterradas; esto le inspiró a diseñar el Peepoo, una alternativa funcional y ecológica al problema.
El precio de las bolsas será de 2 ó 3 centavos de dólar – comparable al costo de una bolsa de plástico común.
Se trata de una crisis de salud pública y de medio ambiente, ya que la defecación al aire libre puede contaminar el agua potable, y se estima que 1,5 millones de niños en todo el mundo mueren anualmente de diarrea, principalmente por la falta de saneamiento e higiene.
El mercado de los retretes de bajo costo en el mundo en desarrollo es aproximadamente un billón de dólares, de acuerdo con Jack Sim, fundador de la World Toilet Organization.
Tras superar con éxito las pruebas que durante un año llevó a cabo en Kenya y la India, dijo que planea producir en masa la bolsa este verano.
Un tremendo proyecto que liga marketing, base de la pirámide y medio ambiente, todo en un ambiente de negocios 100% rentable.
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