Mientras Estados unidos y China aceptan (o no) su responsabilidad contaminante, México puede aprovechar este mecanismo financiero.
Los bonos de carbono son un mecanismo financiero que incentiva la reducción de los Gases de efecto invernadero (GEI). Los países miembros de la ONU, en cumplimiento del Protocolo de Kyoto, esperan reducir hasta el 5% las emisiones del GEI entre 2008 y 2012.
Adicionalmente existe un mercado voluntario para los bonos de carbono. Personas o empresas pueden comprarlos, cubrir su huella de carbono en el mundo y alcanzar la sustentabilidad. Al comprar este tipo de bonos, se compensan los GEI que sus actividades generan.
Al otro lado del proceso se encuentra quien reduce o evita estas emisiones: personas, organizaciones o empresas que hacen todo lo posible para que los GEI salga a la atmósfera con acciones como el tratamiento de residuos, el uso de fuentes de energía renovable o incluso la conservación forestal. Cada tonelada de GEI que se deja de producir equivale a un bono de carbono.
Se estima que, en 2008, el mercado voluntario redujo 127 millones de toneladas de GEI por un monto de 728.1 millones de dólares. El precio de cada bono depende del tipo de proyecto a que pertenece, su localización geográfica, quién lo emite y otras variables.
En este contexto, la American Chamber de México (AmCham), de la mano de la Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza (COCEF), la Agencia de Protección Ambiental de California, el Instituto Nacional de Ecología (INE) y el programa emisor de Climate Action Reserve, organizó el Taller sobre Oportunidades para Proyectos de Bonos de Carbono en México en el que se presentó la posibilidad de participar en el mercado estadounidense de los bonos para quienes reduzcan emisiones mediante los siguiente:
* Tratamiento de desechos de la industria ganadera
* Captura y destrucción de gases metano en rellenos sanitarios
* Colección de sustancias destructivas del ozono
* Conservación, reforestación o mejoramiento del manejo forestal
“En México hay un potencial muy grande para este tipo de proyectos” comento Martha Delgado, secretaria del Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal. En el mismo sentido, Juan Elvira Quesada, el titular de la Semarnat, confió en el impacto político del taller “para mantener el nivel de atención que requiere el cambio climático en México y en todo el mundo”.
A la fecha son 182 países los que están adscritos al Protocolo de Kyoto. De estos, los tres que dominan el mercado de los certificados de bonos de carbono son China, que tiene el 59% de los nos de carbono. Le sigue India, con el 11% y Brasil, con el 6%. México maneja dos indicadores: 9 y 2.76%. El primero se refiere al número de proyectos en desarrollo. No obstante, por la magnitud de los mismos su participación real se reduce al 2.76%. Hoy estamos ante una oportunidad única que las firmas mexicanas deben aprovechar.
Fuente: Alto Nivel, p. 28-30.
Reportero: Luis Gerardo Estrada.
Publicada: Noviembre de 2010.