Este mes, la Secretaría de Finanzas de la Ciudad de México comenzará la venta de bonos verdes, para poder financiar proyectos sustentables a través de certificados bursátiles en la Bolsa Mexicana de Valores.
De acuerdo con la dependencia, el dinero que se obtenga de la venta de los bonos sólo se podrá utilizar en proyectos sustentables específicos como garantizar el servicio de agua potable a través de mantenimiento, rehabilitación y modernización de plantas y redes hidráulicas; además de mejoras del transporte público menos contaminante como el Metro y el Metrobús.
La emisión de bonos verdes es una manera de diversificar las opciones de inversión, con el objetivo de realizar mejoras en obras públicas específicas bajo condiciones de sustentabilidad y cuyo
resultado sea un proyecto amable con el ambiente.
En sentido técnico, un bono verde consiste en la emisión de certificados bursátiles, de una deuda, cuyos recursos se destinarán a financiar o refinanciar proyectos enfocados en temas ambientales, cambio climático, recursos naturales, biodiversidad o el control de la contaminación.
A través de un correo electrónico, la Secretaría de Finanzas explicó que la venta de la deuda funcionará igual que el resto de los compromisos adquiridos por el gobierno local, los cuales se han utilizado para realizar obra pública y cuya participación bursátil comenzó hace diez años, manteniendo una calificación favorable.
Las emisiones verdes de la Ciudad son de relevancia porque por primera vez serán generadas por un gobierno subnacional en América Latina.
“De esta forma se busca la diversificación de los instrumentos de financiamiento de la Ciudad de México y se dan opciones a los inversionistas para realizar acciones concretas en beneficio de su ciudad, como es la mitigación de los efectos del cambio climático”, respondió la dependencia a una solicitud de información de Máspormás.
Tienen su mercado
La emisión de bonos verdes a nivel mundial se incrementó, al pasar de 3,000 millones de dólares en 2010 a 90,000 millones en 2015, de acuerdo con el Banco Mundial.
Se utilizan, principalmente, para financiar empresas comprometidas con el ambiente, pero también son usados por gobiernos para financiar obra pública sustentable.
A nivel nacional se integraron con el objetivo de cumplir la meta de producir 35% de la electricidad con energías renovables para 2024 y actualmente existen emisores de bonos verdes que financian proyectos de energía solar, por ejemplo.
En México, el primer bono verde gubernamental lo emitió Nacional Financiera en 2015, y la capital se convertirá en la primera entidad en ingresar estos bonos a la Bolsa Mexicana de Valores.
De acuerdo con la Secretaría de Finanzas local, los riesgos económicos a causa de las fluctuaciones en el valor de la moneda “se reducen a cero”, pues la emisión de la deuda, que vencerá en 2021, será a tasa fija.
Dichos certificados bursátiles sólo se emitirán en pesos mexicanos, bajo la normatividad que les aplica la Ley de Disciplina Financiera, y pueden ser adquiridos por cualquier inversionista en la bolsa.
Alternativa necesaria
En lo que va de 2016, la Ciudad de México ha mostrado síntomas de problemas ambientales que necesitan solución, por ejemplo, las nueve contingencias ambientales, la producción de basura en exceso y el transporte público insuficiente.
En ese sentido, las autoridades han utilizado diversas estrategias para premiar o beneficiar a quienes opten por soluciones amables con el ambiente.
Por ejemplo, se entregan beneficios fiscales para quienes instalen muros y azoteas verdes, y hay edificios públicos que generan energía con celdas solares.
La nueva estrategia del gobierno local es la de colocar deuda con la que se intentará convencer a los inversionistas de que los proyectos sustentables son rentables.
La deuda máxima que podrá contraer el gobierno local con esta estrategia es de 4, 500 millones de pesos, pero sólo una parte entrará en la categoría “verde”, para cumplir con los lineamientos del Techo de Endeudamiento para la CDMX, fijado por el Congreso de la Unión a través de la Ley de Ingresos de la Federación.
Una de las principales características del bono es que sólo se puede usar para financiar proyectos sustentables, pues es la condición que ponen los inversionistas.
“Este tipo de instrumentos han demostrado ser útiles, porque son una manera de mantener los recursos económicos necesarios para cumplir metas, desarrollar proyectos, cubrir deudas y recapitalizarse. Así, en el caso de los bonos verdes, no sólo se realiza una obra, sino que se hace respetando los acuerdos para disminuir el cambio climático”, explica el especialista en economía Rogelio Suárez.
Entre los proyectos elegibles para destinar los recursos destacan mejoras y renovaciones en el sistema de aguas, conectores, plantas de tratamiento y potenciadoras, sustitución de luminarias, ampliaciones en el Metrobús y proyectos en el Metro.
En cifras:
1,000 millones de pesos planea conseguir la CDMX con este bono verde.
2021 será el año en que la ciudad dejará de pagar el bono a los inversionistas.
2.5% del PIB podría costarle al país el no reducir los problemas de contaminación.
Fuente: Animal Político