Aunque la mayoría de los millennials no nos interesamos en tener hijos, al contrario, preferimos obtener otros grados académicos, estudiar idiomas, viajar y conocer el mundo, hay una parte del sector que sí ha decidido traer bebés al mundo.
Se trata de una decisión respetable pero difícil de tomar ya que muchos de nosotros pensamos que al tener hijos podríamos ser padres irresponsables y no solo por la economía sino por el fin del mundo debido el fuerte cambio climático y hasta por los gobernantes que hay en otros países, los cuales afectan nuestro futuro y por ende, el de nuestros hijos. Así que preferimos «echarnos pa atrás» y decir no a los bebés.
Sin embargo, las personas que si los tienen, tienen algunos inconvenientes en el trabajo, sobre todo las mujeres ya que a pesar de que la maternidad es quizá, el momento más feliz en la vida de una mujer, al mismo tiempo es el momento que se marca el final de su vida laboral.
Ello debido a que no en todas las empresas pueden laborar mujeres con hijos y es aquí en donde la brecha salarial sale a la luz; algunos permanecen en la oficina y tienen hijos, tienen pocas probabilidades de un aumento de salario o ascenso de puesto.
Una mujer con hijos mantiene una diferencia salarial de 31% con su par masculino, según el Global Gender Gap Report
Además, las mujeres que continúan con el ejercicio de su profesión, luego de tener un hijo son únicamente cuatro de diez.
Si se comprara la remuneración profesional madre con la de su par femenino sin hijos, la brecha es de un 20%. Es decir, que la maternidad está en el eje de la desigualdad y se hace más grande cuando más es la jerarquía dentro de una empresa.
Datos del anterior estudio mencionado nos advierte que nosotros no viviremos el cierre de la brecha puesto que confirma que ésta se cerrará apenas en el 2234.
¿Imaginas la llegada de esa fecha? ¿Cómo será todo? Personalmente no lo imagino.
Pero lo que podemos ver es que en la actualidad, los esquemas de trabajo siguen siendo complicados ya que se sigue ponderando las horas de oficina por sobre el trabajo por objetivos con flexibilidad horaria; una situación que tiene que cambiar para que los colaboradores pongan más empeño en su desenvolvimiento profesional.
Por su parte, el compromiso del G20 es promover el empoderamiento de las mujeres y así garantizar sus derechos y lograr la equidad de género lo más pronto posible.
Brecha de género se abre aún más si las mujeres son madres
Según palabras de Silvina Prekajac, directora fundadora de Giving Birth, la primera consultora de mentoreo de la Argentina concebida para potenciar a las mujeres profesionales en su maternidad, «contar con políticas que contemplen la maternidad como el periodo fundacional que implica en el desarrollo de carrera de las profesionales, entendiéndola como un periodo de empoderamiento y de suma de valor, es fundamental para lograr que las mujeres alcancen posiciones de liderazgo».
Es importante que cada una de las empresas comience a cerrar las brechas salariales que pudiera haber dentro de su nómina, ello para lograr que todas las mujeres puedan obtener la misma libertad de poder postularse a algún puesto ejecutivo, sin embargo, es mejor que las mujeres se encuentren en la silla de la presidencia ejecutiva, ya que esto ayudará a que la empresa tenga más ganancias por el ende sea más rentable.
Está probado que las empresas que tienen por lo menos 30% de ejecutivas, aportan 15% más de rentabilidad. Además de que la diversidad contribuye a generar un mejor clima laboral, una mejor creatividad y una solución exitosa de conflictos.
De acuerdo con Prekajac, es clave la visión de mediano y largo plazo si se piensa en la sustentabilidad del negocio. «Nuestro objetivo, desde los programas de mentoreo para futuras o recientes madres profesionales que eligen mantenerse competitivas en el mercado laboral, es potenciar tanto a la profesional como a los resultados de la empresa donde se desarrolla, sabiendo que la inversión que se realice hoy es retener y motivar al talento clave».
Según el Indec, las mujeres invierten seis horas por día en el cuidado de las personas dentro del hogar, mientras que los hombres únicamente lo hacen 3.8 horas al día. Asimismo el 86.7% de las mujeres llevan a cabo trabajo doméstico no remunerado y únicamente el 50% de los hombres realizan tales funciones en el hogar.