Por Antonio Tamayo Neyra
Hasta ahora, mucho de la promoción y difusión de la Responsabilidad Social Empresarial, se ha hecho a través de hablar sobre las bondades de este tipo de gestión, de los beneficios que se pueden lograr tanto en el ámbito económico como en el social y en el ético, y prácticamente se mencionan en términos del presente buscando generar para el futuro expectativas positivas, pero poco se habla de lo que ha sucedido en el pasado.
Poco se sabe y mucho menos se difunde sobre las acciones de Responsabilidad Social de las empresas, y lo que se habla y comenta es pláticas de café o lo que menciona algún conferencista sobre algo que él vivió como experiencia personal o alguien de la empresa se lo platicó.
En términos generales, la sociedad a través de sus medios de comunicación habla de aspectos amarillistas preferentemente de artistas, de deportistas, o de aspectos de la situación política y de políticos en general; y si hablan de las empresas es sobre sus inversiones, ventas o alguna situación que pueda resultar sensacionalista y que por ello sea atractiva para el gran público.
En el caso de las librerías sucede algo similar, se encuentra mucha bibliografía sobre cómo ser exitoso rápidamente y así ganar mucho dinero, o bien, biografías de personajes de la política o de delincuentes que logran mucho dinero y tuvieron con ello mucho poder.
En suma, todos estos personajes, ya sea en los medios de comunicación o en las librerías, se convierten en los referentes sociales que son el modelo a seguir, y poco, muy poco se habla de empresarios y/o de empresas que han logrado y realizado una gestión que implique la Responsabilidad Social.
Estas historias que por muy pocas que sean existen, y desafortunadamente no son comunicadas al gran público.
Por lo anterior, es importante generar en el consciente colectivo la existencia de referentes reales de empresas, de entidades que ya sean pequeñas, medianas y grandes empresas y gracias al esfuerzo y dedicación de sus directivos han podido llegar al presente siendo competitivas; y en ese desarrollo alcanzado su comportamiento ético, sustentable y responsable con la sociedad fueron parte importante en su desempeño económico, que estos no han sido factores extra que comenzaron a ponerlo en práctica después de su logro monetario.
Si queremos empresas que sean socialmente responsables, hay que gestar una sociedad que enaltezca un comportamiento de este tipo, y esto podrá lograrse en la medida que se conozcan y difundan las historias de los esfuerzos y los logros que se consiguen, no considerando solamente si son grandes éxitos logrados, sino su afán y perseverancia que sirva de constancia de la labor que hacen en aras de generar una conciencia socialmente responsable a través de las diversas acciones que realizan.
La responsabilidad social y todo lo que ello significa no es un meta u objetivo fijo, es un camino, un medio para formar una mejor sociedad y con ello mejores empresas que laboren para la mejora, social, sustentable y económica de todos sus integrantes.
Seguiremos platicando …
Blog: http://atamayon.blogspot.com
Antonio Rey Tamayo Neyra
Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. Desde 1991 colabora en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de colaborar en otros medios. Desde el 2002 involucrado en la Responsabilidad Social, escribiendo y realizando proyectos editoriales de este tema, y además documentando las actividades de las empresas (tipo caso)
También es profesor de posgrado e imparte capacitación en relacionales laborales.
Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México; su preparación profesional posterior incluye un Diplomado en Responsabilidad Social en el Tecnológico de Monterrey, y un Curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña. Actualmente estudia la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña.