La industria de las bebidas alcohólicas es una de las más importantes a nivel mundial, tan solo en 2021 capturó un total de 1.44 billones de dólares, según lo reportan datos de Statista. Ese mismo año representó un crecimiento general de más del 25% para este sector. Sin embargo, tras dos años de confinamientos por la COVID-19, para una nación asiática no fue así. Debido a la baja demanda, el consumo de alcohol en Japón está siendo promovido por autoridades gubernamentales.
Aunque parezca increíble, las autoridades japonesas han emitido un concurso para conseguir iniciativas que ayuden a que las personas jóvenes ingieran bebidas alcohólicas, como la han reportado Forbes y otros medios de comunicación. Lo anterior debido a que la venta y compra de productos etílicos se ha desplomado estrepitosamente en años recientes.
Con el nombre de Sake Viva!, la Agencia Tributaria de Japón pretende revitalizar esta industria en el país, instando a «incrementar el conocimiento entre la población sobre el sector de las bebidas alcohólicas». Esto con el propósito de aumentar la demanda y de salvar a este negocio. ¡Te contamos los detalles!
¿Cómo ha evolucionado el consumo de alcohol en Japón?
Al igual que en otros lugares, el consumo de alcohol en Japón se ha registrado desde hace mucho tiempo. Existen en sus historias colectivas relatos sobre embriaguez y se ha documentando el uso ritual de dicha clase de bebidas, según lo explica un artículo enfocado en el tema. Sin embargo, se piensa que hasta la época de Edo —un periodo que abarca de 1603 a 1868— fue cuando el alcohol pudo tener un precio accesible y ser adquirido por un mayor número de personas.
Tras ello, para 1900, con la apertura de la nación isleña a entablar relaciones con otros países del mundo, empezaron a circular distintas bebidas, que fueron colocándose en el gusto de los consumidores. Situación que tuvo un auge después de la Segunda Guerra Mundial y hasta principios de la década de los noventas, pues se duplicó el consumo de alcohol en Japón, siendo las llamadas bebidas espirituosas, procedentes de la destilación de productos agrícolas y en las que se incluyen vodka, whisky y tequila.
Sin embargo, desde el 2000 hasta el 2016, la ingesta de alcohol per cápita sufrió un descenso, llegando a ser de 6.9 litros. Esto posiblemente provocado por un cambio en las condiciones económicas y el envejecimiento poblacional.
Sake Viva!, al rescate del alcohol
Resulta extraño que el consumo de alcohol en Japón sea alentado por el gobierno, pues las imágenes de personas japonesas alcoholizadas en vía pública le han dado la vuelta al mundo. Incluso el fotógrafo británico, Lee Chapman, capturó a muchas de ellas, exponiendo esta costumbre. Pero con el anuncio de la estrategia Sake Viva! parece que este es un problema seccionado.
La industria etílica asegura que está pasando una grave crisis debido a que, con las medidas sanitarias y la falta de natalidad, el futuro de la comercialización en el país es preocupante. Puesto que la Agencia Tributaria informó que «la recaudación de los impuestos sobre el alcohol en Japón disminuyó en el ejercicio fiscal 2020 en 110 mil millones de yenes (más de 16 mil millones de pesos mexicanos) hasta los 1.13 billones de yenes (más de 165 mil millones de pesos mexicanos), lo que supone la mayor caída en 31 años», de acuerdo con Forbes.
Por ello, se tomó la decisión de encontrar una forma de incrementar la cantidad de consumidores, quienes están prefiriendo cócteles y bebidas sin alcohol, a través de una medida muy controversial, debido a todas las advertencias que existen del uso e ingesta del alcohol. Esta convocatoria estará abierta hasta el 9 de septiembre y buscará estimular el consumo de alcohol en Japón, por medio de propuestas que fusionen los nuevos estilos de vida y los «métodos innovadores de distribución basados en la inteligencia artificial o el Metaverso».
Una acción responsable con la industria, pero…
Con la medida de Sake Viva! y los números del negocio etílico, se podría pensar que el consumo de alcohol en Japón ya es una problemática erradicada, en la que es hora de apostar por fomentar que estas bebidas vuelva a ser ingeridas. Sin embargo, la realidad es otra, pues el número de personas que abusan de estas bebidas no se ha reducido.
Además, las cifras podrían ser algo engañosas, ya que existe una brecha muy fuerte en el consumo entre hombres y mujeres, ya que en 2016 ellos ingirieron 13.5 per cápita, en tanto que ellas solo 2.9. Lo que focaliza los problemas de alcoholismo en la población masculina. A lo cual se le suma la idiosincrasia popular, pues este padecimiento no se suele considerar como algo médico, sino como una cuestión de autocontrol y disciplina, valores muy arraigados a la sociedad nipona.
Y, aunque Sake Viva! está planteando la recuperación de una actividad económica que, sin duda, tiene una amplia derrama económica, lo cierto es que en un planeta donde, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo nocivo del alcohol representa 1 de cada 20 muertes a nivel mundial, esta labor podría ser riesgosa.
Además, se deben considerar otros aspectos como son la tendencia que tienen las personas asiáticas a una baja tolerancia al alcohol o los problemas que estarían por intensificarse, ya que el alcohol es un agente desinhibidor pero también depresivo. Lo cual es un aspecto a vigilar en este país que posee una condición preocupante en cuanto a suicidios —20,919 personas se quitaron la vida en 2020—.
Así que tanto la industria como las instancias gubernamentales que tienen la intención aumentar el consumo de alcohol en Japón deberán mantenerse atentas a algo más que sus ventas.