Hace unos días, Morena presentó en el Congreso de la Ciudad de México, una iniciativa de ley para los trabajadores no asalariados, en donde se incluye la regulación de los derechos y obligaciones de las personas que se dedican al sexo servicio en la capital.
Buscan legitimizar y regular la prostitución
Ante la búsqueda de legitimizar y regular el desempleo en México, el Congreso de la CDMX busca expedir una licencia para acceder a seguros de desempleo y esquemas de seguridad social.
Entre los trabajos que se desean regular se encuentran los aseadores de calzado, los mariachis, los músicos, los albañiles, las cuidadoras y los trabajadores sexuales.
Ante ello, Temístocles Villanueva, diputado de Morena, dice que no se cobrará por la utilización del espacio público pero sí pagarán una tarifa única que deberá determinar la Secretaría de Finanzas.
En el caso del trabajo sexual deberá haber una medición, es un tema complejo, pero tendría que haber una tarifa única para las personas que ejercer el trabajo sexual. Tenemos que evitar que las personas que lo realizan sean víctimas de la trata pero que también tengan derechos laborales y obligaciones.
Temístocles Villanueva, diputado de Morena.
«La iniciativa que presenté contempla que, como cualquier otro trabajador de nuestro país que busque acceder a un esquema de seguridad social, tiene que haber una aportación; estamos debatiendo esta iniciativa tanto con feministas que están en contra de la regulación y buscan la prohibición, como con trabajadoras sexuales que exigen por otro lado que no exista una cuota”.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos, dijo que la iniciativa, no se mete al establecimiento de tarifas en los servicios o productos que ofrecen los trabajadores no asalariados, «no nos metemos en ese tema ni con los comerciantes, boleros ni con las trabajadoras sexuales: lo que estamos hablando es de aportaciones para mantener un esquema de seguridad social”.
De acuerdo con el morenista, todavía falta que esta iniciativa se dictamine oficialmente y que además, “es importante mencionar que hay organizaciones feministas en contra y organizaciones feministas a favor, es un tema que genera mucha polémica que a nivel internacional no está resuelta esta discusión dentro de la propia Unión Europea. Está Alemania y Holanda, que han buscado su regularización, por otro lado está Francia, que ha buscado penalizar a los clientes que consumen los servicios de las trabajadoras sexuales”.
Según Villanueva, en México no hay un número exacto de las trabajadoras sexuales que ejercen este trabajo en el país, ya que como “no hay nada que lo regule, nada que lo controle, no existe un padrón como tal que nos indique cuántas personas se dediquen a esto, no hay cifras oficiales”.
Regulación del trabajo sexual
En la Ciudad de México, el trabajo sexual consensuado no está penalizado. En Holanda, Alemania, Suiza, Grecia y Austria el trabajo sexual es legal y se encuentra regulado.
En España, donde se penaliza a proxenetas y clientes, su regulación se ha buscado desde los años 80. En Alemania, la prostitución cuenta con seguro social y derechos laborales, siendo penalizado el cliente sólo cuando es consciente de que contrató los servicios de una mujer contra su voluntad.
En algunos países la supuesta regulación de la prostitución le quita a las mujeres el derecho a decidir sobre, por ejemplo, sus clientes, bajo un discurso de discriminación.
Dichas regulaciones las obligan a trabajar en determinados establecimientos y tener un jefe, sometiéndolas a lineamientos que muchas veces incluyen revisiones médicas periódicas que se realizan con dudosa salubridad.
Aunado a ello, ellas no pueden rechazar a un cliente, por ejemplo, con VIH. Si el cliente las contagia, él no tiene responsabilidad, pero si ellas quedan infectadas están impedidas para trabajar porque que ellas contagien es muy grave.
Regular la tarifa de las mujeres, contribuye a la cosificación y pone en riesgo varios derechos humanos.
A través de la prostitución, se ofrece un servicio no a una persona, por tal motivo es necesario legislar con perspectiva de derechos humanos.