La disponibilidad de alimentos (que no la falta de ellos) es un problema cada vez más apremiente en el mundo. Tanto, que este año la huella alimentaria fue el tema oficial del Día mundial del medio ambiente. Como respuesta a esto las empresas están buscando formas innovadoras de cooperar, invitando a los clientes a involucrarse también. Dos de estas acciones son el movimiento «café pendiente» en España y la «comida de responsabilidad compartida» de la cadena de panaderías Panera.
Los cafés pendientes se originaron en España a causa de la dura crisis que sufre ese país y consiste en pedir a los parroquianos de los ya 170 establecimientos adheridos a la iniciativa que compren un café que después se entregará a alguna persona que no pueda pagarlo.
De acuerdo a una nota del periódico El Mundo, la bocatería Café Comercial ya entregó mil cafés a personas sin recursos económicos desde agosto de 2012, además de que tiene más de doscientas bebidas pagadas que no se han entregado, ya que la oferta ha superado a la demanda. Desde que surgió, la idea ha evolucionado y ahora algunos clientes también dejan pagados bocadillos para las personas que los necesiten.
El gran impulso de los cafés pendientes se dio cuando Gonzalo Sapiña, experto en marketing online, creó una página web oficial donde está la lista de todos los restaurantes que participan, dándole una imagen homogénea al movimiento, que tiene su origen en otro muy parecido que se generó en Italia.
Por otro lado, la Comida de responsabilidad compartida de la cadena Panera está en un proceso de adaptación, ya que no funcionó como se esperaba. Esta iniciativa consistía en ofrecer un producto (el Turkey Chili in a Bread Bowl) al precio que el consumidor quisiera pagar, sugiriendo que se pagara un poco más de los 5.89 dólares establecidos; la diferencia serviría para que los más desfavorecidos pudieran disfrutar de este alimento nutritivo por un precio mínimo.
Desde marzo de 2012, los 48 restaurantes Panera que participaron sirvieron 15 mil comidas bajo este esquema, pero los ejecutivos se dieron cuenta de que una vez que se acabó la campaña de marketing que impulsaba la idea, los consumidores comenzaron a olvidarla y los empleados dejaron de promoverla. Además, también notaron que la ubicación de las panaderías no ayudaba, ya que al estar en áreas urbanas de clase media y alta, no estaban cerca de la población necesitada.
Panera no olvidará por completo su proyecto, pero la suspenderá mientras genera una estrategia más efectiva. Por lo pronto, todavía existen 5 restaurantes Panera Cares, donde todos los precios son sugeridos.
En México todavía no existe un modelo similar, pero sería muy interesante ver a una empresa tomara la iniciativa para unir el marketing social con la seguridad alimentaria. Por supuesto, se tendría que acabar con varios prejuicios por parte de los clientes, como la falta de confianza en que su dinero efectivamente servirá para alimentar alguien necesitado y las barreras sociales que hacen difícil ver a una persona indigente tomando café o comiendo en un establecimiento respetado, pero también podría generar un verdadero cambio, ya que en una economía emergente como la nuestra seguramente no se sufriría de falta de demanda.
[…] caso es el de Panera Bread, una empresa que sí es pública, por lo que su campaña “paga lo que puedas” se hizo a través de una ONG derivada de la […]