El presidente de México considera que las naciones en desarrollo deben progresar también en sus acciones de mitigación, ya que el calentamiento global “no le dará al mundo una segunda oportunidad”.
El presidente Felipe Calderón pidió durante la cumbre del G-20, que se lleva a cabo en Toronto, Canadá, traducir la voluntad política en avances concretos para combatir el cambio climático y alcanzar los objetivos de la Conferencia de las Partes 16 de la ONU (COP16), que tendrá lugar en Cancún, Quintana Roo, en diciembre de este año.
Según el último borrador conocido del comunicado final de la cumbre de Copenhague, que se celebró en diciembre de 2009, México es candidato a ocupar la presidencia del grupo en 2012.
En dicha reunión se trataron los futuros objetivos para reemplazar los del Protocolo de Kioto, que finalizará dentro de dos años. Sin embargo, los 192 países presentes en la conferencia sólo lograron un acuerdo parcial y no vinculante.
Al pedir a las naciones desarrolladas un compromiso más firme para lograr reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, como bióxido de carbono, de manera significativa y vinculante, el presidente mexicano consideró que los países en vías de desarrollo deben avanzar también en sus respectivas acciones de mitigación.
Después de informar a los líderes del G-20 sobre el avance de las negociaciones de cara a dicha cumbre, el mandatario mexicano pidió no permitir que las actuales dificultades económicas que se viven en diversos países desvíen la atención del problema del calentamiento global, “que no le dará al mundo una segunda oportunidad”, aseguró.
El presidente Calderón informó que ya existen resultados tangibles en la lucha contra el cambio climático que son producto de la negociación en las consultas informales rumbo a la COP16, que consisten en un nuevo mecanismo para facilitar la transferencia de tecnología sustentable de los países más avanzados a los que están en vías de desarrollo. Así como la identificación de recursos financieros y proyectos concretos para combatir la deforestación y la degradación de los suelos.
No obstante, el presidente mexicano exhortó a las naciones integrantes del G-20 a centrarse en la negociación de fondos de arranque rápido, ya que países como Japón, Estados Unidos y los pertenecientes a la Unión Europea han anunciado su compromiso de destinar recursos financieros para que los países en vías de desarrollo inicien en el curso de tres años acciones concretas para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
También pidió que esta disminución de contaminantes sea medible y comparable, y solicitó que los avances en el financiamiento y los programas de reforestación se incorporen a la negociación del proceso de las Naciones Unidas.
Reforestación Por su parte, la FAO buscará en la COP16 que más países se sumen al programa de vigilancia vía satélite de recursos forestales para evaluar el cálculo de las emisiones de gases contaminantes, según declaró el oficial mayor de Recursos Naturales y Cambio Climático de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Alberto Sandoval, en un taller en Guadalajara con representantes técnicos de 35 países.
La teledetección vía satélite ha proporcionado imágenes de la tierra durante los últimos 30 años y ahora se pretende utilizar en un programa de Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales de la FAO que no tiene precedentes. Desde 2008, el Grupo de Observación de la Tierra, en colaboración con la FAO, monitorea la evolución de la masa forestal en Colombia, Perú, Guayana, México, Tanzania, Camerún, República Democrática del Congo, Australia, Brasil e Indonesia.
El programa mide superficies boscosas y, mediante una fórmula, calcula cuánto dióxido de carbono absorben los bosques. En el taller los representantes de los países acordaron sumarse a dicha iniciativa de medición vía satélite.
Aunque los acuerdos alcanzados en esta reunión son técnicos y no vinculantes, más de 80 asistentes acordaron presentarlos a sus países para que los trasladen a la COP16. La idea es que cada país elabore bases de datos que vinculen la información forestal con la absorción de CO2 que propician los bosques. Esto determinará quiénes han logrado reducciones significativas en los gases contaminantes y son susceptibles de recibir los incentivos que fueron aprobados en la COP15.
También permitirá una mayor rendición de cuentas, pues los países podrán revisar si “lo están haciendo de forma correcta”, apuntó Sandoval.
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