El vicegobernador de Texas, Dan Patrick dijo recientemente, y parafraseando, «no solo está bien, es bueno que Estados Unidos arroje a la abuela debajo del autobús para salvar la economía», como dice el dicho en inglés: Just let that sink in for a moment (piensa y/o reflexiona en ello por un momento).
Dan Patrick comenta respecto a la crisis sanitaria que estamos viviendo:
¿Qué tipo de cultura toleraría ese tipo de pensamiento? Y cuando digo tolerar no me refiero a tolerar desde una perspectiva legal, me refiero a la perspectiva de las normas sociales. Las normas que avergonzarían a una figura pública por pronunciar una declaración tan insensible e irreflexiva.
Hace poco vi una imagen que me dejó sin palabras…
Personas sin hogar en Las Vegas
Recientemente en Las Vegas y en un esfuerzo por contener la COVID-19, las personas sin hogar fueron reubicadas de un refugio, después de que un residente dio positivo al virus. Los ocupantes fueron colocados en un estacionamiento, delineando con pintura, pequeños cubículos de seis pies para evitar que se infecten entre sí. Intentaron colocar una alfombra pero cuando descubrieron que no se podía esterilizar, abandonaron esa idea, quedando a ras del piso.
¡Wow! en una ciudad con miles de habitaciones de hotel vacías, un centro de convenciones y una arena deportiva, en lugar de ayudar a las personas sin hogar a mantenerse saludables de una manera que les permita mantener su dignidad y tener un mínimo de confort, fueron hacinados en un estacionamiento, lejos del resto de «nosotros» con la menor cantidad de dinero y esfuerzo.
No hubo protestas y apenas una mención en las noticias, un par de tweets y todo terminó. De la misma manera que el teniente gobernador de Texas, Dan Patrick, sintió que no era necesario retractarse de sus comentarios brutales, esta historia también reveló otra ventana al alma de un sistema capitalista depredador despiadado.
¿Es justo decir que a este sistema no le importan las personas? Tal vez, pero tal vez sería más exacto decir que el sistema se preocupa más por el consumo y las ganancias corporativas que por las personas. O mejor aún, tal vez sería una forma aún más precisa de expresarlo, que si bien el sistema otorga un gran valor a la fortaleza de la economía, las personas aún son valoradas, pero solo en la medida en que pueden consumir.
Volver a la «normalidad»
Se habla mucho de cuán rápido podemos volver a los negocios como de costumbre, pero es eso lo que realmente queremos: regresar a un sistema que tome sus decisiones desde una mentalidad de «economía primero» , antes de la salud pública y el bienestar.
Un sistema que recompensa a las corporaciones por explotar a las personas y destruir el medio ambiente. Un sistema que glorifica la riqueza extrema y el aumento de las ganancias corporativas al tiempo que castiga la pobreza. Un sistema que utiliza los medios corporativos para empañar las métricas de bienestar social de larga data a favor de la métrica estrecha de un mercado bursátil en alza.
Puedes poner todo el maquillaje que desees en este sistema, puedes enfocarte en las pocas buenas historias de perseverancia individual, hay muchas para elegir, pero cuando te alejas y miras el sistema en su conjunto, la evidencia es clara.
El capitalismo de libre mercado, como se practica en Estados Unidos, es un sistema brutal que coloca sistemáticamente al 99% en un escenario depredador, mientras que el 0.1% disfruta del socialismo corporativo donde sus errores financieros son perdonados repetidamente con rescates corporativos y sus carteras de acciones se mantienen con corrientes de capital sin fin respaldadas por el gobierno y legislación amigable.
Tiempo real
Normalmente, la política del gobierno es un proceso lento: puede llevar años desarrollarlo y décadas evaluarlo. Pero la COVID-19 cambia eso: de repente, los plazos se comprimen y las decisiones políticas se toman rápidamente.
Tenemos una oportunidad única de ver (y pensar) cómo funcionan los gobiernos a medida que sus elecciones se desarrollan en tiempo casi real. En particular, su sesgo hacia políticas que eligen proteger la economía, sobre las personas.
«Economía primero»
En enero y principios de febrero, el mundo entero pudo ver el crecimiento explosivo de este virus, y nuestros «líderes» políticos tuvieron la oportunidad de contenerlo, pero como suele ser el caso, guiados por la élite corporativa y el guion neoliberal, ellos dijeron que no.
Durante las 4-5 semanas cruciales en oposición a los consejos de los profesionales de la salud, que dijeron que era vital contener la enfermedad y restringir los viajes aéreos, los aeropuertos permanecieron abiertos y el virus explotó en todo el mundo.
Los líderes occidentales en Europa y América del Norte nos fallaron de tres maneras distintas:
- Desperdiciaron la oportunidad de actuar en base a los primeros datos que China proporcionó en términos de la facilidad y velocidad con que se propagó el virus.
- No pudieron prepararse logísticamente y proporcionar a sus hospitales los suministros necesarios.
- No informaron ni educaron al público sobre lo que probablemente vendría.
El bien común
La ideología de «economía primero» que impulsa al capitalismo ha llevado a un fracaso colectivo en el «liderazgo» global.
Las decisiones que eran claramente mejores para la salud pública, el bienestar social y la estabilidad económica a largo plazo, se abandonaron por decisiones que reforzaban los intereses a corto plazo de las empresas y el mercado de valores.
Parece que hemos olvidado que un gobierno fuerte con un compromiso con el bienestar, es la base de una sociedad floreciente y fuerte, y que cuando la sociedad se organiza de esta manera, estamos mejor preparados para superar grandes desafíos sociales, económicos y ambientales, no a través de una economía desprovista de regulaciones corporativas, con la esperanza de que las empresas con fines de lucro trabajen mágicamente por el bien común.
Nuestra biología
La COVID-19 ha captado la atención mundial y está forzando de una manera, como nunca antes se había hecho, a la lucha por un clima estable. No porque la estrategia climática estaba mal, no lo estaba, no porque los científicos sean malos comunicadores, no lo son , y ciertamente no porque no pudimos encontrar el escurridizo caso de negocios , no existe.
No… la lucha climática está fallando porque está tratando de cambiar el comportamiento sin el beneficio de nuestros instintos evolutivos, mientras que la COVID-19 no necesita ganar un argumento largo y complicado para lograr un cambio de comportamiento: se está beneficiando de los instintos que han sido conectados a nuestros cerebros de simios desde antes de que bajáramos de los árboles, hace 4 millones de años. Lo reconozcamos o no, nuestra biología está dictando la respuesta a ambas crisis.
Tiempo y miedo
Como humanos, somos más receptivos a las amenazas en tiempo real donde la causa y el efecto son innegables, y como sucede, la crisis de COVID-19 tiene ambas características.
Primero, veamos el marco de tiempo entre las elecciones de políticas y los resultados. El marco de tiempo condensado conecta rápidamente una política fallida de capitalismo de «economía primero» con la muerte, desde un contagio invisible y altamente transmisible. La COVID-19 ha expuesto el alma del capitalismo, y al hacerlo, ha dirigido nuestra atención hacia el verdadero villano sistémico de una manera que la lucha climática nunca podría haberlo hecho.
El segundo factor que falta en la lucha contra el clima y que es fundamental para LA COVID-19, es una dosis saludable de miedo. Esta emoción elimina la necesidad de convencer a cualquiera de que haga las cosas de manera diferente; el miedo se encarga de eso. Todos en el planeta se activan y piensan en su seguridad personal y en cómo interactúan con otras personas. Esto es algo que el movimiento climático nunca pudo lograr: a nivel individual, todos sienten la urgencia de cambiar sus formas.
La COVID-19 cambió cómo vemos el mundo
Como una crisis en rápido movimiento, mezclada con miedo, donde las decisiones políticas muestran claramente causa y efecto, la COVID-19 proporcionó una gran comprensión de cómo nosotros, como humanos, respondemos a las amenazas:
1. Velocidad
La velocidad de la crisis nos permitió dar una mirada detrás de la cortina y reveló exactamente lo que las políticas de «economía primero» pueden hacer a una sociedad, y al hacerlo, expuso el alma del capitalismo. Pero esa velocidad de transmisión también tuvo otros efectos.
2. Miedo
Se activó nuestro miedo, respuesta humana, y en pocas semanas la gente en todo el mundo estaba haciendo cambios de comportamiento radicales para proteger la seguridad personal de un modo que nunca podríamos haber imaginado hace sólo unos meses. Teniendo en cuenta que ni siquiera podemos lograr que las personas lleven una taza reutilizable para su café de la mañana, el nivel de cambio de comportamiento que la COVID-19 ha desencadenado recientemente es asombroso.
3. Unidad
Como se mencionó, su rápida conexión de la política con los resultados, envió nuestra atención hacia el verdadero villano sistémico de una manera que la lucha climática nunca podría haberlo hecho.
4. Acción gubernamental
El gobierno finalmente demostró de una vez por todas, que con suficiente presión para salvar vidas, es capaz de una interrupción masiva del sistema y la reasignación de capital.
5. Capitalismo y clima
La COVID-19 nos ha demostrado sin lugar a dudas que la mentalidad de «economía primero» del capitalismo, es un cáncer para la sociedad y si no se controla, destruirá sistemáticamente millones de vidas y, en última instancia, la capacidad de nuestro planeta para sostenernos. Desafortunadamente, el movimiento climático no pudo exponer esto: simplemente se movió demasiado lento para captar la atención de las personas y careció de la dosis necesaria de miedo.
6. Biología Humana y Clima
La COVID-19 nos enseñó que si bien somos el animal más inteligente del planeta, aún no podemos escapar de nuestros instintos evolutivos. En el caso de la crisis climática, esos instintos simplemente no se activan, y eso nos lleva por un camino peligroso hacia la extinción, al igual que cualquier otro primo homínido nuestro del pasado.
Esta es nuestra oportunidad
Todos los líderes sabían lo que venía con esta pandemia, pero se mantuvieron firmes en su dogma de «economía primero». Sólo cuando se hizo evidente que perderían el apoyo público, cuando las bolsas para cadáveres comenzaron a acumularse , cambiaron de rumbo.
Nuestro sistema está roto. Se basa en una base tóxica que explota a las personas y al medio ambiente.
Intentar encontrar el escurridizo caso comercial para crear un modelo comercial más sostenible es como tratar de cultivar algo más saludable, con algunos ajustes, en suelos contaminados. Puede agregar toda la sostenibilidad y la inversión de impacto que desee … el resultado seguirá siendo el daño social y la destrucción del ecosistema. Hemos identificado el problema.
Ahora es el momento de la esperanza. Las piezas del rompecabezas están en su lugar. Tenemos las soluciones y tenemos la oportunidad de hacer algo especial y recrear nuestro sistema de comercio. Como dicen, una crisis es algo terrible que perder. ¡Vamos a hacerlo!
Gracias
Me Encantó el articulo Corinna, me queda claro, como un Virus, nos puso en el lugar que corresponde, toda nuestra Inteligencia, nuestra historia, quedan rebasadas.
Que surgirá de ésta Experiencia, creceremos como Sociedad, nuevamente los factores que dieron origen a una Sociedad materialista, resurgirán, desviaremos la atención, de invertir mas en Armamento, Drogas y Cosméticos, o……………..le daremos mas impulso a la Ciencia y a la Filosofía?
Sé cual será mi Elección, ojalá y como Humanidad, le apostemos mas al Biencomún
Excelente articulo.. pero el cambio se debe dar en la actitud social de los partidos politicos y su compromiso con sus electores y la sociedad en general..es el momento de lograr un cambio social por encima de los intereses personales «dar de si antes de pensar en si»..en Colombia sucede lo contrario..la pandemia ha sido aprovechada por los políticos corruptos de turno como algunos alcaldes, gobernadores, concejales,..para enriquecerse sobre-facturando las compras de alimentos e insumos medicos que se reparten en las clases obreras..en rió revuelto..
Nos tenia que alcanzar el destino, y aun así veo lejano que el capitalismo salvaje, deje de ser eso, SALVAJE, primero sus intereses y al ultimo los de los grupos de interés, (los mas vulnerables).