México será sede del evento más importante a nivel mundial que se realizará en 2010 sobre cambio climático. Esto abre una importante ventana de oportunidad para revisar nuestras políticas para prevenir y mitigar los efectos del cambio climático en nuestro país, así como para lanzar una nueva batería de políticas públicas que incorporen la protección y conservación del medio ambiente como un elemento transversal a todas las acciones públicas y privadas.
En ese sentido, es importante destacar que México es uno de los países de mayor vulnerabilidad ante el cambio climático, pues según datos del Instituto Nacional de Ecología (INE) no hay una sola entidad que no enfrente al menos una amenaza grave con respecto de los efectos de la transformación del clima.
De acuerdo con el documento La economía del cambio climático presentado recientemente por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, en los próximos 20 años se espera un incremento en las precipitaciones extremas en toda América Latina. En este escenario, se prevé un incremento de cerca de 10% de las lluvias en el centro de México.
Sin embargo, en contraste con esta proyección, en el resto del territorio nacional se incrementarán los días sin lluvia, con el consiguiente incremento en el número de días consecutivos sin precipitaciones. Asimismo, las proyecciones indican que México es, junto con América Central, una de las regiones en las que se incrementará significativamente el número de noches más calurosas, así como un aumento importante en el número de olas de calor a lo largo de prácticamente todo el territorio nacional.
El informe de la Cepal muestra que en México el incremento medio anual de emisiones de CO2 es de aproximadamente 2%, por lo que los efectos del cambio climático podrían incrementarse, sobre todo si sigue la tendencia al cambio en el uso del suelo, deteriorando con ello bosques y selvas, así como la contaminación y el desperdicio del agua.
Según la Cepal, hasta 2005 el costo acumulado por mitigación de los efectos del cambio climático equivalía a 1% del Producto Interno Bruto (PIB) anual, proyectados hasta el año 2100.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Ecología, hay diez sectores vulnerables y que enfrentan amenazas frente al cambio climático. Aunque todos tienen una relevancia mayor, se destacan los más graves:
a) La agricultura: El INE estima que, de continuar las tendencias actuales, para el año 2030 la sobreexplotación y la contaminación de los acuíferos harán que prácticamente todos los distritos de riego sean económicamente inviables, y que para 2050 haya un cambio acelerado de entre cinco y 29% en la aptitud de los suelos para ser cultivados con maíz u otros cereales.
b) El agua: Según las estimaciones del INE, para los veranos de 2020 y 2050 se esperan aumentos en la temperatura media de entre uno y tres grados centígrados, así como disminuciones en la precipitación media anual de cinco a 10%. Esto llevará a una menor disponibilidad del agua por aumento en la evapotranspiración de entre cinco y 15%, dependiendo de la región.Se espera que las regiones más afectadas para 2030 serán:
Situación crítica: Baja California y Sonora;
2) Presión fuerte: Sinaloa y la Región Hidrológica de Lerma;
3) Presión media: zonas del sur de México y la península de Yucatán.
c) La salud: Las estimaciones del INE indican que los factores de riesgo de muertes por golpes de calor se incrementarán en los próximos años. Por otro lado, localidades de difícil acceso en el sureste y sur de México serán más vulnerables al dengue y paludismo. Asimismo, el incremento en las temperaturas puede producir mayor número de enfermedades gastrointestinales e infecciosas, afectando principalmente a niños y ancianos, pues existe relación entre la morbilidad por enfermedades diarreicas agudas y la temperatura máxima en algunos estados.
El INE advierte que la distribución y disponibilidad de agua no es equitativa, pues la mayor cantidad disponible para la agricultura y el consumo humano se concentra en el sur-sureste de México, mientras que el centro y el norte y noroeste padecen altos niveles de presión hídrica, así como tasas decrecientes de disponibilidad de agua.
En ese sentido, vale la pena destacar que la primera gran amenaza que enfrentan algunas entidades es el grado de presión sobre los recursos hídricos. En este tema, el Distrito Federal y el Estado de México encabezan la lista de entidades con sobredemanda de agua. El primero tiene un porcentaje de 120% con un nivel extremo de presión, mientras que el segundo presenta un porcentaje de 100%.
Le siguen Baja California y Baja California Sur, con 86% cada uno, y Sonora, con 78%. Hay, además, seis entidades con presiones que oscilan entre 54 y 60%, diez entidades que se sitúan con un grado de presión entre 35 y 42%; cuatro entidades con 19% de presión cada una, y sólo siete con niveles de presión por debajo de 10%, siendo Chiapas y Tabasco las entidades con mayor disponibilidad de agua y niveles de presión más bajos.
Por otra parte, vale la pena destacar que, en congruencia con la falta de disponibilidad de agua, los datos del INE muestran que es la sequía meteorológica la amenaza que tiene mayor presencia en el país, pues sólo siete entidades no la enfrentan (Baja California Sur, Chiapas, Distrito Federal, Guerrero, Nayarit, Quintana Roo y Tabasco). En segundo término se encuentra la amenaza de los huracanes, la cual es enfrentada con mayor severidad por 14 estados situados en las costas. También, 14 entidades del país son vulnerables a eventos extremos de precipitación (lluvias torrenciales) y a inundaciones, básicamente debido a las características geográficas pero, sobre todo, a la deficiencia de infraestructura de drenaje en las grandes ciudades. En este caso se encuentran el Distrito Federal, Aguascalientes y Baja California.
Hay otras cuatro amenazas graves que, de continuar las tendencias actuales, se convertirán en cada vez más severas: olas de calor, incendios forestales, ondas de frío y heladas. Existen 18 estados en los que se enfrenta simultáneamente uno o varios de estos fenómenos, por lo que es importante revisar las estrategias de adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático.
En el documento citado, la Cepal advierte que aun cuando las estrategias para enfrentar el cambio climático responden a factores regionales, hay elementos comunes que pueden implementarse con el fin de mitigar los efectos económicos, sin olvidar la consideración de que hay cuestiones éticas y de responsabilidad que no deben dejarse de lado. Así, las principales recomendaciones de este organismo son:
a) Adquirir seguros ante los riesgos más graves y que más daños pueden generar, tanto a la población como a la economía.
b) Proteger la biodiversidad y detener pérdidas irreparables.
c) Promover un cambio cultural alineado con la protección del medio ambiente.
d) Promover procesos de innovación tecnológica en el marco del desarrollo sustentable.
e) Transitar hacia una economía de baja intensidad en la emisión de CO2, promoviendo el uso de tecnologías limpias y creando un sector energético limpio.
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