Un estudio publicado este miércoles 1 de marzo en la revista Climatic Change da una muestra de las negativas repercusiones del cambio climático en toda América Central, entre ellas, sus efectos adversos sobre la agricultura y los ecosistemas. Se trata de la primera investigación que al mismo tiempo plantea los desafíos actuales a los que se enfrenta la región e identifica las estrategias políticas que podrían contribuir a optimizar la adaptación regional.
Los trabajos de investigación, realizados por científicos de Conservación Internacional (CI) y socios de más de 20 entidades, incluyendo instituciones académicas y centros de investigación, están disponibles en Internet en el siguiente enlace.
Entre las principales conclusiones de la investigación destacan:
● El cambio climático acarreará severas consecuencias en la hidrología y disponibilidad de recursos hídricos en la región.
● Se prevén reducciones de bosques tropicales húmedos en América Central debido al cambio climático, siendo reemplazadas algunas áreas por sabanas y praderas.
● La idoneidad de zonas para cultivar café en Nicaragua se desplazará aproximadamente 300 metros más hacia arriba, lo que puede incrementar la presión sobre bosques y recursos naturales situados en altitudes superiores.
● Las áreas prioritarias para conservación de la biodiversidad probablemente cambiarán en función del cambio climático, requiriéndose cuidadosa planificación y actualización de zonas protegidas.
● Conservar y restaurar áreas forestales será fundamental para mantener las poblaciones de abejas y otros polinizadores.
● La gran mayoría de pequeños agricultores de la región tienen baja capacidad de adaptación y requerirán considerable respaldo para adaptarse al cambio climático.
● Los resultados de modelos regionales existentes en materia de agricultura minifundista y ecosistemas pueden guiar las políticas de adaptación.
● Los responsables de elaborar políticas precisan información científica y técnica adicional con el fin de tomar medidas inmediatas para la adaptación de los pequeños agricultores.
“Estos resultados muestran que el cambio climático tendrá importantes repercusiones sobre la productividad de los cultivos y los pequeños agricultores en América Central”, señaló Lee Hannah, uno de los principales científicos de Moore Center for Science y coautor y coeditor de esta publicación especial.
“Esta investigación potencia nuestra capacidad de ayudar a los pequeños agricultores más vulnerables y a aquellos en situación de pobreza”, agregó el profesional.
Los efectos del cambio climático se constatan ya de forma evidente en América Central, verificándose modificaciones en las precipitaciones, la temperatura y la disponibilidad de agua que afectan a la numerosa población de pequeños agricultores de la región. Sus cultivos dependen de la lluvia, por lo que estos agricultores son especialmente vulnerables a alteraciones en las condiciones climáticas y a menudo carecen de recursos financieros y capacidad suficientes para hacer frente a los impactos y perturbaciones del clima.
La investigación aborda la constante falta de acceso a información de la región, necesaria para orientar la elaboración de políticas. Esta carencia de información ha impedido a los responsables de políticas, profesionales y líderes implementar estrategias políticas que puedan contribuir a la adaptación de los pequeños agricultores y de la región en su conjunto.
Enmarcado dentro del proyecto CASCADA de CI, dicho estudio es fruto de una iniciativa conjunta con el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) y CIRAD, un centro de investigación que trabaja con países en desarrollo para tratar cuestiones internacionales de agricultura y desarrollo. El proyecto está financiado por la Iniciativa Internacional del Clima del Gobierno de Alemania. El proyecto CASCADA “Adaptación al cambio climático basada en el manejo de ecosistemas para pequeños productores agrícolas de subsistencia y cafetaleros en América Central” se centra en identificar y probar estrategias de adaptación basadas en ecosistemas (AbE) con el objetivo de ayudar a comunidades de pequeños agricultores a adaptarse a estos cambios climáticos en Costa Rica, Honduras y Guatemala.
Fuente: VeoVerde