La última embestida del oleaje llegó con el frente frío 33 y dejó a una decena de familias sin vivienda
Lugareños y autoridades del puerto de Sánchez Magallanes, ubicado a orillas del Golfo de México, viven azorados ante el riesgo de que el mar devore sus comunidades.
No terminan de salir del asombro de la bravura con que el mar ha erosionado más de 30 metros de playa, en los últimos diez años, destruyendo caminos, casas e incluso balnearios que servían para la recreación de las familias tabasqueñas.
Autoridades municipales de Cárdenas, Tabasco, consideran que al menos tres mil habitantes de las comunidades San Rafael, Sinaloa I y II, El Manatinero y El Alacrán, de la franja costera de Sánchez Magallanes, se encuentran en riesgo de ser devastados a consecuencia de la erosión costera.
Las autoridades federales, estatales y municipales han determinado reubicar a poco más de un centenar de familias que en algunos casos ya han perdido su patrimonio, ante el avance del mar a tierra firme.
La última embestida del alto oleaje llegó con el frente frío número 33, y provocó que más de una decena de familias, que habitan en la franja costera, perdieran sus viviendas.
Romeo Álvarez, un lugareño nonagenario, cuya vida ha transcurrido en la comunidad El Alacrán, afirma que su casa ha resistido el embate, sin embargo, el oleaje es más fuerte y teme que se venga abajo.
Recuerda que cuando construyó su casa hace más de 40 años sus viviendas quedaban a más de 20 metros del mar, hoy prácticamente el mar ha llegado sus puertas.
“De continuar así el mar arrasará con nosotros, pero a los que viven en Villahermosa los va a agarrar dormidos”, advierte en su afán de reflejar la preocupación y el peligro que representa la erosión.
Nelsón Pérez, alcalde de Cárdenas, sostuvo que el gobierno del estado desde el año 2007 gestionó ante el gobierno federal recursos por un monto de 30 millones de pesos.
Además el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) iniciará la próxima semana un dictamen de riesgo en las costas de Tabasco, lo anterior, ante el avance de la erosión, y los reportes emitidos por el Instituto de Ingeniería de la UNAM sobre la elevación de la marea en el Golfo de México.
El director estatal de Protección Civil, Roberto López Romero, confirmó que las familias reubicadas se convertirán en los primeros “migrantes ambientales”, en Tabasco, término acuñado por la Organización de las Naciones Unidas para referirse a la gente que tiene que abandonar sus hogares o centros de trabajo para evitar ser afectado por los efectos del cambio climático.
El daño en las costas de Cárdenas y Paraíso es evidente, A simple vista se observan los derrumbes de las casas, de los restaurantes que han deprimido en su totalidad el turismo en esa zona costera.
Para el director de la dependencia estatal, es lamentable que las familias deban ser desalojadas.
Las personas desplazadas pertenecen a las poblaciones de El Alacrán, Manatinero, del municipio de Cárdenas, y Playa Bruja, de Paraíso.
Aseguró que hasta el momento se carece de un estudio para conocer con certeza los kilómetros de tierra firme que ha perdido la zona costera de Tabasco
Para el alcalde de Cárdenas, Nelson Pérez, el fenómeno es consecuencia del cambio climático y, advierte, pone en riesgo el sistema lagunar El Carmen-Pajonal-Machona, donde se produce camarón, ostión, jaiba y diversas especies de peces que es el sustento de la población de la costa chica de Cárdenas, que cuenta con 100 comunidades con una población de 20 mil habitantes, advirtió el alcalde
Habitantes del lugar afirman que el fenómeno de la erosión se agudizó ante devastación de los mangles.
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