Por Ilsa Ruiz, Gerente Senior de Comunicación y Eventos del CEO Water Mandate
A veces hablar de cambio climático puede ser abrumador. Las variables son del tamaño del mundo (literalmente) y las maneras en que pueden recombinarse, vertiginosas. Pero este 2022, ONU Mujeres nos recuerda que, para que podamos trabajar hoy en un futuro posible, necesitamos ver la crisis climática desde una perspectiva de género.
Con la reciente publicación del último reporte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), este 8 de marzo nos sabe a agua de río, a vientos de verano, a hojas secas. Nos sabe a la Tierra. Sabemos hoy que incluso temporalmente exceder los 1.5°C resultará en impactos severos, algunos irreversibles. Y estos efectos no son ni serán imparciales: tienen género.
El género de la crisis climática
Millones de mujeres habitan en comunidades que resienten de manera desproporcionada los efectos de la crisis climática. Las mujeres y niños son 14 veces más propensos que los hombres a morir o resultar heridos en desastres naturales. Las cargas de género que llevamos hacen que la responsabilidad por obtener alimentos, agua y combustible recaiga en las mujeres y niñas. Según datos de la UNAM, el 65% de los alimentos que se consumen en México son producidos por mujeres.
Este año, la campaña del Día Internacional de la Mujer no sólo busca visibilizar la precariedad en la que viven estas mujeres, sino reconocer la invaluable contribución que podemos tener en los esfuerzos de respuesta, mitigación y adaptación que necesitamos. Pero haciendo una comparación de los rankings que evalúan a empresas en cuanto a su acción climática y de aquéllos que se enfocan en equidad de género, ninguna de las 10 empresas en los niveles más altos coincide. Es decir, ninguna empresa que tenga excelente equidad de género según el ranking PAR 2020 tiene un desempeño sobresaliente en acciones climáticas según el ranking de CDP de ese mismo año.
En Estados Unidos, cada vez más mujeres ocupan puestos de Dirección en Sostenibilidad Corporativa, llegando hasta un 56%. Aunque en México no hay datos exactos, nuestra red Chinampa, que agrupa a más de 300 mujeres especialistas en sostenibilidad, muestra que hay una fuerza potente que busca la intersección entre estos dos temas.
¿Quién defiende a las defensoras?
Sin embargo, no todas las mujeres luchan desde las empresas. Para muchas activistas tomar un papel de liderazgo por el territorio puede resultar mortal. América Latina es la región del mundo donde más defensores ambientales son asesinados. Según Global Witness, más del 70% de los activistas que pierden la vida por causas ambientales habitaban en nuestra región. De los países latinoamericanos, México ocupa el tercer lugar en muertes de defensores ambientales violentados.
Paulina Gómez Palacio Escudero es una de las 15 activistas ambientales mexicanas asesinadas en los últimos 5 años. Luchaba por el territorio Wirikuta en Chihuahua. La riqueza ecosistémica suele ser el campo de batalla para estos activistas. En este caso se trata de proteger más de 4 mil hectáreas que fueron cedidas para usos económicos y que incluyen uno de los centros ceremoniales Huicholes más sagrados. En marzo de 2020, a sólo unas semanas del Día Internacional de la Mujer, el cuerpo de Paulina fue encontrado sin vida en Zacatecas. Estos lamentables actos violentos, lejos de callar la lucha por Wirikuta, han fortalecido la causa y alientan a seguir comunicando la problemática ecológica y social de la región.
Un camino que aún se puede andar
El estado brutal de crisis y la ubicuidad de las tecnologías que transmiten información a nivel global han traído un lente muy necesario a la lucha para dar respuesta al cambio climático. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Yale, más de 6,200 empresas en 120 países, que representan USD $36.5 billones en ingresos, han hecho compromisos a favor de la acción climática. Pero, es urgente generar marcos normativos que institucionalicen esta respuesta y que garanticen la seguridad de las activistas que persiguen causas ambientales. La ONU Mujeres propone cinco recomendaciones trasversales para la formulación de políticas que aseguren la igualdad de género:
- Asegurar la disponibilidad de datos desagregados por sexo, etnia, raza y demás intersecciones
- Promover la inclusión paritaria de las mujeres en toda su diversidad en la toma de decisiones
- Destinar recursos suficientes para garantizar los derechos de las mujeres y las niñas
- Promover mecanismos innovadores de financiamiento para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres
- Promover un financiamiento climático con perspectiva de género
Cambio climático y lucha feminista son batallas que comparten una larga historia y una reacción similar desde los grupos de poder. De muchas maneras se ha desestimado la urgente necesidad de encontrar soluciones socialmente justas para quienes han sido históricamente violentadas: naturaleza y mujeres. Al contrario de lo que podría parecer y a pesar de fuerzas muy poderosas que buscan apabullarlas, las dos se han resistido a perder su agencia. Este 8 de marzo, ése es el llamado: igualdad de género hoy para un mañana sostenible.
Ilsa Ruiz es Gerente Senior de Comunicación y Eventos para el CEO Water Mandate, una iniciativa en conjunto del Pacto Global de la ONU y el Pacific Institute, desde donde desarrolla estrategias globales de divulgación para movilizar al sector privado en temas de resiliencia hídrica. Es especialista en comunicación estratégica y relacionamiento público con más de 15 años de experiencia en organismos públicos, educativos, organizaciones civiles y fundaciones corporativas. Es amante apasionada de sus gatos, ávida lectora de ciencia ficción, tejedora incansable de bufandas y de redes de colaboración.