¿Sabías qué el número de migrantes en el mundo aumentó un 41% en los últimos quince años? Esto quiere decir que aproximadamente más de 244 millones de personas se encuentran luchando por una mejor calidad de vida para ellos y su familia; lamentablemente muchos gobiernos, organizaciones y aún personas, suelen ser muy crueles con los migrantes y prácticamente actúan como si fueran invisibles… pero una campaña de migración, realizada por uno de ellos, busca lograr lo contrario.
El arte como campaña de migración
Si una ciudad es reconocida por inundar sus calles con arte de protesta social, con esculturas que pueden empoderar a las mujeres como la niña sin miedo o enormes bailarinas para alertar sobre los niños que desaparecen… es, sin duda, Nueva York. La urbe de hierro con sus cinco distritos que así como pueden levantar la voz, también pueden susurrar para embellecer la ciudad con flores.
Aunque en esta ocasión, y justo debajo del icónico arco del triunfo en Washington Square Park, una enorme jaula metálica con un recorte en forma de dos humanos caminando juntos, busca captar la atención de las personas y representar de manera simbólica el cruce de fronteras… sí, el arte también puede convertirse en una poderosa campaña de migración.
Esta enorme jaula métalica pertenece a la campaña de migración Good Fences Make Good Neighbors, del artista Ai Weiwei, que, a través de sus piezas, quiere protestar en contra de las medidas migratorias y leyes que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha estado tomando, contra los musulmanes y contra el muro en la frontera de México.
Las diferentes piezas de esta campaña de migración, se encuentran dispersas por Nueva York e invitan a los ciudadanos a interactuar con ellas; incluso se realizó un mapa con la ubicación y explicación de cada una de ellas.
El nombre de esta colección, Good Fences Make Good Neighbors, hace referencia a un poema de Robert Frost, que habla sobre la creciente ola de migrantes y la crueldad de la sociedad. Para Ai Weiwei, esta campaña de migración hecha arte, surge en un momento en que las fronteras se están cerrando y el nacionalismo aumentando.
La exposición de Ai es un grito por la inmigración y los refugiados, tanto en Nueva York como en todo el mundo.
Un inmigrante buscando romper muros
Para este artista, las vallas, muros o fronteras siempre han dividido a la sociedad, siendo que todos somos seres humanos, todos iguales, todos la misma especie, aunque algunos más privilegiados que otros; privilegio que deberían utilizar los más altos a favor de la sociedad y el medio ambiente.
La ciudad de Nueva York es el centro cosmopolita más importante. Es tan enérgico y poderoso debido a los diversos antecedentes de su población: étnica, cultural y económica, le dice el artista a Vulture.
Durante estos últimos años, Ai ha estado recolectando material y filmando un documental que habla sobre la crisis mundial de migrantes que lo ha llevado a más de 40 campos de refugiados.
En este proyecto comparte que en la década de 1980, vivió en el vecindario Lower East Side, donde se ubicaban la mayoría de los migrantes, señalando que la mayoría de ellos formaron parte importante para el desarrollo económico y social de Nueva York.
Yo era un inmigrante en Nueva York y la cuestión de la crisis de migración ha sido un foco en mi carrera y en mi vida. Las vallas han sido siempre una herramienta en el vocabulario político y evoca palabras como “frontera” y “seguridad”, términos que están conectados a la corriente del entorno político mundial.
Otras piezas para protestar
En la entrada del Parque Central se encuentra una valla dorada que asemeja una jaula de pájaros, mientras que alrededor del globo gigante de Flushing Meadows, una estructura tubular hecha de redes se hace presente.
https://www.instagram.com/p/BZ9NvaDAZsw/?taken-by=aiww
Otras instalaciones decoran los edificios comerciales y paradas de autobuses; algunos anuncios y señalizaciones de las calles fueron reemplazadas por fotos de refugiados e inmigrantes.
Estas piezas de arte que fungen como campaña de migración son la pieza perfecta para transformar la migración en algo visible para la sociedad; puedes verla en Nueva York desde octubre y hasta el 11 de febrero del 2018.