La cumbre One Planet Summit intenta afrontar el impacto que tienen las actividades de las grandes empresas, fondos de inversión y organismos multilaterales sobre el cambio climático; y los riesgos que corren estos actores en su apoyo.
Con el fin de tener un verdadero impacto en la economía, el organismo multilateral anunció que dejaría de invertir en proyectos ligados al gas y el petróleo para 2019.
De acuerdo con datos de la agencia francesa AFP, la financiación de este tipo de actividades abarca el 2% de su cartera. Con el anuncio, cada año se publicarán las inversiones que están relacionadas con el cambio climático y también una evaluación de los costos asociados con el carbón.
Es así que 55 grandes multinacionales han firmado una declaración internacional para instar a los gobiernos más poderosos a poner fin a las ayudas a los combustibles fósiles para 2025.
Para Manuel Gómez profesor del programa de Financiación e Inversión en Energías Renovables del Instituto de Estudios Bursátiles, “No estamos ante un tema de imagen, hablamos de negocio. El principal factor que empieza a afectar a las empresas en los mercados de capitales es la exposición a activos conflictivos relacionados con el cambio climático. Esa es la derivada que está detrás de todos estos anuncios de descarbonización y muchas empresas empiezan a deshacerse de esos activos de sus balances. En la industria manejamos el concepto de activo varado que forman parte de los balances de las empresas y que no se podrá utilizar en un escenario de bajo carbono. Es el caso de bancos con participaciones en empresas petrolíferas y empresas de carbón”.
Para Teresa Ribera, directora del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI), quien valora positivamente las medidas anunciadas y cree que la Responsabilidad Social Corporativa es cosa del pasado:
“La RSC ha sido una excusa para ir en paralelo, pero no ha estado en el foco de las decisiones de negocio de las empresas. Cuando se plantean cómo pueden asegurar la rentabilidad de su negocio y la perdurabilidad del mismo, se dan cuenta de que este se va a desarrollar en un mundo mucho más limitado de recursos ambientales. El presidente de Iberdrola Sánchez Galán lo explica de manera bastante convincente. Él dice que lo que le importa es darse cuenta de que su empresa se posiciona mejor a futuro cuando mantiene una línea coherente respecto a los gases de efecto invernadero. Si no hay seguridad climática, no va a haber seguridad para los negocios”.
Cambio climático en España
Varias compañías han anunciado su descarbonización. En Europa, específicamente en España, se sigue manteniendo un «perfil bajo» en la lucha contra el cambio climático. España se convirtió en 2015 en el país que más incrementó el consumo de carbón en el mundo.
Si España no realiza una transición energética a energías renovables, la factura ciudadana ascenderá a 125.000 millones de euros.